La República Dominicana autorizó este miércoles el uso limitado de dos de sus bases aéreas por parte de tropas de Estados Unidos, en un momento marcado por un incremento significativo de la agresión militar en el Caribe.
El anuncio fue realizado por el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, durante una rueda de prensa conjunta con el secretario de Guerra del Gobierno de Donald Trump, Pete Hegseth, quien arribó al país horas antes para una reunión bilateral.
“Hemos autorizado a los EE.UU., por un plazo limitado, el uso de espacios restringidos en la Base Aérea de San Isidro y en el Aeropuerto Internacional de las Américas, para la operación logística de aviones de reabastecimiento de combustible, transporte de equipos y personal técnico”, declaró Abinader.
El mandatario señaló que la medida busca “fortalecer el anillo de protección aérea y marítima” contra el narcotráfico, en lo que describió como una actuación conjunta para golpear con “mayor contundencia al crimen organizado trasnacional”.
República Dominicana se suma a la narrativa del narcotráfico
El jefe de Estado de República Dominicana insistió en que se trata de una ampliación temporal de la cooperación militar bilateral y que todas las acciones se realizarán bajo estricto apego a la normativa nacional. “Su alcance es técnico, limitado y temporal”, aseguró, en referencia a las operaciones apoyadas por el Pentágono bajo la iniciativa conocida como Lanza del Sur.
Por su parte, Hegseth afirmó que el acuerdo es “provisional” y respetará la “soberanía” y las “leyes” dominicanas. El secretario de Guerra calificó el entendimiento como “un modelo para la región” y señaló que EE.UU. espera replicarlo con otros países del Caribe en su ofensiva contra el “narcoterrorismo”.
La visita de Hegseth se produce mientras Washington intensifica su estrategia de “máxima presión” contra Venezuela, incluyendo amenazas, declaraciones hostiles y un despliegue militar considerable frente a sus costas. Medios dominicanos reportaron que el funcionario llegó al Aeropuerto Internacional de Las Américas a las 12:55 p.m., con el objetivo de reforzar la alianza con uno de los socios más cercanos de EE.UU. en la región.
El ambiente geopolítico se encuentra especialmente tenso debido a la presencia masiva del Comando Sur en el Caribe. Las operaciones militares estadounidenses han generado fuertes fricciones con Venezuela y también con Colombia, además de despertar preocupación en otros gobiernos latinoamericanos como México y Brasil.
Estos países, junto con Cuba y Nicaragua, han condenado los bombardeos y ataques contra embarcaciones civiles llevados a cabo como parte de Lanza del Sur, acciones que expertos han descrito como “ejecuciones sumarias”.
Venezuela denuncia que Washington intenta utilizar la lucha antidrogas como pretexto para presionar a toda la región y justificar una intervención destinada a derrocar al presidente Nicolás Maduro. Según Caracas, EE.UU. busca “imponer un gobierno títere” y apropiarse de los recursos energéticos venezolanos, mientras avanza en su objetivo de frenar la creciente cooperación entre países del Caribe y potencias como Rusia y China.
Organismos internacionales como la ONU y la DEA han señalado que Venezuela no constituye una ruta principal del narcotráfico hacia Estados Unidos, ya que más del 80 % de las drogas ingresa por el Pacífico. Asimismo, gobiernos como los de Rusia, Colombia, México y Brasil han repudiado las acciones militares estadounidenses y el incremento de tensiones en la región.
