La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad Bissessar, admitió a medios locales que solicitó la instalación de radares militares en Tobago.
“Hace meses solicité a la embajada estadounidense local un radar suministrado por Estados Unidos como solución temporal para nuestras deficientes capacidades de vigilancia. También se instalará un sistema en Trinidad hasta que se pueda instalar un sustituto permanente para nuestro ineficaz sistema de radar actual”, afirmó.
LEA MÁS: Primera Ministra de Trinidad y Tobago admite que Estados Unidos usa su territorio como base militar
El martes 25 de noviembre, la mandataria recibió al jefe de Estado Mayor del ejército de los Estados Unidos, General Dan Caine, en Puerto España. Días después, habitantes de Tobago reportaron el avistamiento de aviones de guerra estadounidenses en Punta Corona, al suroeste de Tobago.
La mandataria, en un primer momento, negó la presencia de las tropas, para luego afirmar que los 250 marines pertenecientes a la 22.ª Unidad Expedicionaria de Marines (que sostuvo ejercicios militares conjuntos con las Fuerzas de Defensa de Trinidad y Tobago del 16 al 21 de noviembre) supuestamente ayudaban con la construcción de carreteras e instalaciones aeroportuarias.
La mandataria, por demás, ha mantenido esta información oculta al público general, bajo la excusa de hacerlo en favor de la seguridad nacional.
“Dado que se trata de una cuestión delicada de seguridad nacional que garantiza la protección de nuestro territorio y nuestros ciudadanos, no me pareció prudente anunciar públicamente el miércoles, fuera del Parlamento, a los narcotraficantes, traficantes de personas y otros delincuentes que íbamos a instalar un radar. Sería contraproducente para la seguridad de nuestros ciudadanos”, afirmó.
Radares de Estados Unidos en Tobago ¿A quién apuntan?
“Estados Unidos posee miles de satélites, es dueño del sistema GPS y tiene casi el 20 % de su armada en el Caribe, con la tecnología de comunicaciones militares más sofisticada que existe. No necesita instalar un radar en nuestro país para fines militares. Podría vigilar todo el Caribe desde el portaaviones Gerald Ford. Las personas sensatas comprenden estos hechos”, afirmó la mandataria.
En 2018, el entonces ministro de Seguridad Nacional, Stuart Young, anunció un presupuesto de 7.5 millones para mantenimiento del sistema de radar de la Guardia Costera, que vigila la región hasta el norte de Granada. Este sistema ya estaba operativo también en vigilancia medioambiental.
En 2023, el entonces ministro Fitzgerald Hinds declaró ante el Parlamento que la red de radares era “de 360 grados” y “plenamente funcional”. Trinidad y Tobago entonces no necesitaba un nuevo sistema de radares.
Por otra parte, el teniente comandante Norman Dindial quien dirigió la vigilancia costera de Trinidad y Tobago, afirma que los nuevos radares instalados no solo son de tipo militar con fines belicistas, sino que podrían requerir sistemas de misiles tierra-aire y tierra-tierra, o sistemas portátiles de defensa aérea en sus proximidades.

La distancia entre Crown Point, donde se instalaron estos radares a Güiria, el punto más cercano en tierra firme venezolana es de unos 250 kilómetros aproximadamente. Los misiles AIM-174B Gunslinger para combates aire-aire poseen un rango de más de 250 millas, mientras los SM-6 (Standard Missile-6) pudieran cubrir esta distancia.
El radar instalado en Tobago, presumiblemente es un AN/TPS-80 G/ATOR es un radar Doppler de pulso de largo alcance y alto rendimiento que puede proporcionar vigilancia aérea de 360 grados, defensa aérea y neutralización de armas enemigas.
Radares en Trinidad y Tobago ¿Por qué?
Este despliegue ocurre en un momento de alta tensión regional. Desde agosto, Estados Unidos desplegó en el Caribe al Grupo Anfibio Listo, al que se unió en octubre el Grupo de Tarea Conjunta del Comando Sur y en noviembre el Grupo de Ataque Gerald Ford.
A este despliegue militar se suman los más de 20 ataques con misiles contra embarcaciones menores en el Caribe dejando más de 80 personas asesinadas. Estas ejecuciones extrajudiciales han sido condenadas como violaciones a los derechos humanos por parte de Naciones Unidas, dado que violentan los requerimientos del debido proceso y los protocolos internacionales de detención en alta mar.
LEA MÁS: Buques de guerra estadounidenses avistados en aguas de Trinidad y Tobago
Estados Unidos ejecuta estas hostilidades, consideradas como ataques por Caracas, bajo la excusa de combatir el narcotráfico a pesar de que organismos internacionales han afirmado que Venezuela no es un país productor ni traficante de opiáceos.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, elevó ante la OPEC la denuncia de que Estados Unidos, en realidad, busca provocar un cambio de régimen con el fin de apoderarse de las reservas petroleras venezolanas.
Durante este periodo de altas tensiones regionales, Trinidad y Tobago ha asumido el rol de puerto proxy para las hostilidades. La primera ministra Persad Bissessar ha apoyado abiertamente las acciones contra Caracas, bajo la narrativa de que su país padece el tráfico de drogas y armas como un mal social que proviene desde territorio continental y apunta a Venezuela.
Por demás, el apoyo es también estratégico. En octubre, Trinidad dio puerto al USS Gravely, buque de guerra estadounidense desplegado en Washington, desde el 26 al 31 de ese mes. En noviembre, las Fuerzas de defensa de Trinidad y Tobago realizaron ejercicios conjuntos con la 22 Unidad Expedicionaria de Marines, del 16 al 21.
La primera ministra incluso ha afirmado que ofrecerá su territorio nacional como base militar estadounidense en el supuesto de una invasión a Venezuela.
Esta postura es ampliamente condenada por la oposición trinitobaguense y otros gobiernos del Caribe que llaman a la no militarización y a mantener la región como zona de paz.

