El jefe del Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. queda en el centro de un escándalo que salpica al secretario de Guerra Pete Hegseth y al presidente Donald Trump.
El nombre del almirante Frank M. Bradley, uno de los más experimentados oficiales SEAL de la Armada estadounidense, se ha convertido en el epicentro de una tormenta política, militar y jurídica.
Bradley es señalado por el Pentágono como el responsable directo del bombardeo contra sobrevivientes de un ataque inicial en el Caribe, en el marco de la ofensiva de “máxima presión” de Washington contra Venezuela.
El episodio —un segundo bombardeo ejecutado el 2 de septiembre, cuando aún quedaban personas vivas en la embarcación— ha generado acusaciones de crímenes de guerra, contradicciones dentro del gobierno de Trump y una creciente investigación en el Congreso de EE.UU.
¿Quién es Frank Bradley?
Bradley, originario de Eldorado, Texas, es un SEAL de carrera con más de tres décadas en operaciones élite.
Algunos datos clave de su trayectoria:
- Graduado de la Academia Naval en 1991.
- Especialista en Demolición Submarina (clase 179, año 1992).
- Comandó unidades en todos los niveles de Operaciones Especiales, incluyendo:
- Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC)
- Comando Central de Operaciones Especiales
- Grupo de Desarrollo de Guerra Naval (DEVGRU)
- Despliegue temprano en Afganistán tras el 11-S.
- Experiencia con unidades internacionales, como los Incursori italianos.
- Posee una Maestría en Física y una patente provisional derivada de su investigación.
El 3 de octubre de 2025 fue nombrado comandante de Operaciones Especiales de EE.UU..
Su reputación era la de un operador meticuloso y respetado. Hoy, es el rostro de un caso que podría marcar un precedente internacional.
El ataque que cambió su nombre para siempre
Según el Pentágono, Bradley ordenó destruir una embarcación que había sido atacada previamente con misiles bajo acusaciones de narcotráfico.
Pero lo que desató la crisis fue el segundo bombardeo, dirigido a quienes aún sobrevivían.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, defendió públicamente al almirante:
- Actuó “dentro de su autoridad”.
- “En legítima defensa”.
- “En aguas internacionales”.
- Contra “narcoterroristas” designados por EE.UU.
El Departamento de Guerra se alineó con esa versión este martes, afirmando que Bradley “tomó la decisión correcta”.
Sin embargo, la narrativa oficial se desplomó apenas empezaron las contradicciones internas.
Choque de versiones: Trump y Hegseth se contradicen
Primero, Trump aseguró no tener claro si el segundo ataque había ocurrido.
Incluso dijo que su secretario de Guerra, Pete Hegseth, tampoco sabía “de qué estaban hablando”.
Horas después, tras la admisión formal de la Casa Blanca, Hegseth publicó un mensaje respaldando completamente al almirante:
“Mitch Bradley es un héroe estadounidense […] Lo respaldo al 100 %”.
nvestigaciones periodísticas, como las de The Washington Post, señalan que Hegseth habría dado la orden inicial de “matarlos a todos”, lo que llevó a los operadores a ejecutar un segundo ataque para cumplir instrucciones.
82 muertos y ninguna prueba
Hasta la fecha, la ofensiva militar de EE.UU. en el Caribe ha dejado:
- 82 personas muertas
- 21 embarcaciones destruidas
- Ninguna evidencia pública presentada sobre narcotráfico
- Todas las víctimas catalogadas automáticamente como “narcoterroristas”
Venezuela, Cuba, Colombia, Nicaragua y expertos de la ONU han calificado estas acciones como:
- Ejecuciones extrajudiciales
- Crímenes de guerra
- Violaciones al derecho internacional
El Congreso estadounidense interviene
Ambas cámaras del Congreso han abierto investigaciones para determinar:
- Quién dio la orden del segundo ataque
- Si se violaron normas de combate
- Si se encubrió información a la prensa y a la ONU
- La responsabilidad directa de Trump, Hegseth y Bradley
Contexto: la Operación Lanza del Sur
El ataque forma parte de la estrategia militar que EE.UU. mantiene desde agosto frente a Venezuela:
- Despliegue naval masivo
- Bombardeos a embarcaciones pequeñas
- Acusaciones a Maduro sin pruebas
- Recompensa duplicada por su captura
- Justificación bajo el concepto de “narcoterrorismo”
Pero tanto la ONU como la DEA han señalado que más del 80% de la droga hacia EE.UU. se mueve por el Pacífico, no por el Caribe ni por Venezuela.
