Kast y su postura frente a Venezuela
José Antonio Kast, candidato de ultraderecha y defensor de las políticas del exdictador Augusto Pinochet, ha generado polémica en el escenario político no solo de Chile al arremeter contra el presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, incluso antes que se produzca la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, prevista para el domingo 14 de diciembre de 2025.
Durante el debate organizado por ARCHI (Asociación de Radiodifusores de Chile), Kast fue consultado sobre la situación en Venezuela y afirmó que en ese país “se han vulnerado derechos fundamentales”, justificando la posibilidad de actuar “por la razón o por la fuerza” ante una eventual crisis.
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En un mensaje directo al presidente Maduro, el candidato expresó: “Lo que le puedo decir al señor Maduro es que ojalá que se vaya, y le quedan 98 días”, proyectando un plazo sin argumentos para la salida del mandatario venezolano.
El debate que desnudó el pasado de Chile
La postura de Kast fue puesta en tela de juicio cuando los moderadores del debate le preguntaron si una intervención militar en Latinoamérica no evocaba los periodos más oscuros de la política chilena, en referencia a las intervenciones extranjeras y el legado de gobiernos autoritarios. Ante esta pregunta, el candidato optó por guardar silencio y cerró su intervención sin responder, lo que ha generado críticas y cuestionamientos sobre su capacidad para enfrentar el peso histórico de la región y las implicaciones éticas y diplomáticas de una política exterior intervencionista.
Esta actitud contrasta con su firmeza al defender una eventual acción militar de Estados Unidos en Venezuela, lo que ha sido interpretado como una señal de su línea dura y su alineamiento con posturas externas de carácter hegemónico.
Silencio incómodo y evocaciones históricas
El silencio de Kast frente a la pregunta sobre intervenciones extranjeras ha sido analizado por expertos como una evasión de responsabilidad histórica y una negación de los traumas que dejaron las intervenciones foráneas en América Latina, especialmente en Chile. Durante el debate, el candidato no ofreció explicaciones sobre el significado de los “98 días” ni sobre los mecanismos que propondría para abordar la situación venezolana, limitándose a respaldar la posibilidad de una intervención externa sin ofrecer alternativas diplomáticas o pacíficas. Este vacío argumentativo ha generado inquietud en sectores académicos y sociales, que advierten sobre los riesgos de una política exterior basada en la fuerza y el desconocimiento de la historia.
Reacciones tanto dentro como fuera de Chile
Las declaraciones de Kast han generado reacciones tanto dentro como fuera de Chile. Organismos de derechos humanos y analistas internacionales han advertido sobre los peligros de normalizar la intervención militar en América Latina, recordando los episodios de golpes de Estado y dictaduras impulsadas por potencias extranjeras.
Desde Venezuela, se califica las palabras de Kast como una muestra de “injerencia y desestabilización”, mientras que sectores de la oposición venezolana han dividido opiniones entre quienes respaldan la crítica a Maduro y quienes rechazan la amenaza de intervención militar.
Implicaciones para la política exterior chilena
El debate sobre la postura de Kast abre un espacio hacía la reflexión sobre el rol de Chile en la región y la importancia de una política exterior responsable y respetuosa de la soberanía de los países latinoamericanos. La elección presidencial chilena no solo definirá el rumbo interno de la nación suramericana, sino que también tendrá consecuencias directas en la estabilidad y la cooperación regional, especialmente en un contexto de las crecientes agresiones en el Caribe y la tensión geopolítica que conllevan.
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El silencio de Kast ante las evocaciones históricas evidencia la necesidad de un debate profundo sobre los valores democráticos y la responsabilidad histórica que debe asumir cualquier gobierno en el futuro.
