El genocidio perpetrado en Gaza ha expuesto la brutalidad de la política de ocupación y exterminio del Estado de Israel contra el Pueblo Palestino.
Sin embargo, su influencia y sus repercusiones geopolíticas no se limitan a Oriente Medio, sino que se extienden a otros continentes, buscando desesperadamente el respaldo político que contrarreste el rechazo internacional a la guerra.
Este es el caso de María Corina Machado en Venezuela y Javier Milei en Argentina, quienes han avalado el genocidio en Palestina, haciéndose eco del «derecho de Israel a su seguridad» y buscando, al mismo tiempo, asociar reiteradamente a gobiernos legítimos latinoamericanos con el terrorismo, para justificar una escalada de violencia o desestabilización regional y promover la violencia y la guerra.
La Alianza Vente Venezuela – Likud: Cooperación Estratégica en la Sombra.
La muestra clave de esta alianza es el Acuerdo de Cooperación Interpartidista firmado en 2020 entre el partido de Machado, Vente Venezuela, y el Partido Likud de Benjamín Netanyahu. Aunque públicamente el acuerdo busca cooperar en «asuntos políticos, ideológicos y sociales», el texto formal establece compromisos en áreas de alta sensibilidad geopolítica: «estrategia, la geopolítica y la seguridad», esta cláusula es interpretada por analistas como la vía para obtener respaldo económico y operativo en la promoción de acciones de desestabilización regional y para legitimar las peticiones de invasión como una alternativa al gobierno del Presidente Nicolás Maduro.
El Premio Nobel como Herramienta de Blanqueo Político.
Ante el profundo rechazo tanto al genocidio palestino como a la propia figura de Machado, la estrategia de Marco Rubio, hoy Secretario de Estado y antes Senador de EEUU, pretende promover el blanqueo de su imagen internacional.
Por ello el otorgamiento de un Premio Nobel de la Paz a Machado busca darle credibilidad y apoyo en círculos internacionales influyentes. Esto incluye a la diáspora judía influyente y a grupos conservadores en Estados Unidos y Europa, tradicionalmente pro-Israel y adversos a los gobiernos que critican al Estado Sionista.
El objetivo final sería traducir este apoyo internacional en presión política o respaldo financiero para la causa opositora en Venezuela, cuyo resultado seria un cambio geopolítico en la región.
Una Postura Insensible y Desequilibrada.
La alianza de Marco Rubio y Machado ha quedado en evidencia por su postura sistemáticamente desequilibrada e insensible, con una agenda anti venezolana. (Es bien sabido que la donante principal y jefe real de Marco Rubio es Miriam Adelson, dueña de Casinos en Miami y destacada activista Pro Israelí).
A raíz de esta alianza, Machado, además de promover sanciones, bloqueos, bombardeos y ocupaciones en la región ha manifestado su apoyo a las políticas de Rubio e ignorado reiteradamente el sufrimiento del pueblo palestino y latinoamericano.
Machado no ha tenido compasión ni siquiera con sus connacionales venezolanos, respaldando la política de deportación de migrantes latinos de EEUU, así como el traslado y secuestro de 252 ciudadanos venezolanos claramente inocentes a centros penitenciarios como el CECOT en El Salvador.
Ante la pregunta de una periodista del canal FOX: ¿Mejor que se vayan a El Salvador en vez de Venezuela?, María Corina Machado afirmó: “Absolutamente. Yo creo que esta es una propuesta muy poderosa que ha formulado en conjunto el presidente de El Salvador (Nayib Bukele) y el secretario de Estado (Marco Rubio)”.
A pesar de toda esta confabulación sionista, como en otras partes del Mundo, en América Latina, esta estrategia enfrenta un profundo rechazo y la región ha manifestado un marcado apoyo a la Causa Palestina y la Paz, y un distanciamiento de Israel, llegando a la ruptura de relaciones diplomáticas, como ha sido el caso de Colombia y otros países.
PD: Por su parte, Trump ha de conformarse con el premio de la Paz que le acaba de otorgar la FIFA.
Cortesía: Revista Política y Poder.

