A 45 años del asesinato de John Lennon, una de las figuras más emblemáticas del activismo y la música mundial, su asesino Mark David Chapman, de 70 años, ofreció una explicación sobre su motivo para disparar contra el exbeatle. Chapman, preso desde el mismo día del crimen, afirmó recientemente ante una junta de libertad condicional que su acto fue “completamente egoísta” y estuvo vinculado a un deseo profundo de alcanzar fama personal a través de la violencia.
El 8 de diciembre de 1980, Chapman esperaba al líder de The Beatles cuando este regresaba al Edificio Dakota. Tras obtener de Lennon un autógrafo en su álbum, Chapman lo atacó con cinco disparos de un revólver calibre 38. Lennon, gravemente herido, fue asistido por el conserje y trasladado de urgencia a un hospital donde falleció minutos después.

En agosto de 2025, durante una audiencia para solicitar la libertad condicional, Chapman expresó que su crimen tuvo que ver “con su popularidad” y con su propia necesidad de “ser alguien” en el mundo. Reconoció “no tener remordimiento genuino” en el momento del crimen y se disculpó con la familia de Lennon y sus seguidores por el dolor causado. Sin embargo, los comisionados negaron su libertad al considerar que carece de empatía significativa. Su próxima solicitud podrá realizarla en 2027.
Este crimen, que conmocionó no solo al mundo del espectáculo sino también a quienes valoran el activismo y la lucha por la justicia social que Lennon representaba, todavía suscita reflexiones sobre la cultura de la fama, la violencia y la memoria colectiva.

