Prefirió seguir con la narrativa de la clandestinidad.
El Instituto Nobel Noruego confirmó este miércoles que la opositora venezolana María Corina Machado no estará presente en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, poniendo fin a días de rumores sobre su posible llegada a la capital noruega. La información fue divulgada por la cadena pública NRK y luego ratificada por Kristian Berg Harpviken, director del Instituto Nobel.
La ausencia de Machado lejos de marcar un giro inesperado en uno de los eventos diplomáticos más observados del año, es totalmente previsible por cuanto, su presencia era considerada por muchos como un hecho simbólico de enorme peso político, echaría por tierra la narrativa de la clandestinidad y persecución que viene sosteniendo desde hace meses.
Y fue precisamente esa narrativa de «su situación de clandestinidad» dentro del país la que terminó impidiendo cualquier desplazamiento hacia Oslo en uno de los cálculos políticos más evidentes de su trayectoria.
Cuando nadie persigue a Machado y se hace creer que si
Harpviken lamentó la circunstancia durante declaraciones a la televisión noruega. “Lamentablemente ella no está en Noruega ahora mismo y no estará en el escenario en el Ayuntamiento de Oslo a la una de la tarde de hoy cuando comienza la ceremonia”, afirmó. Sus palabras confirmaron que no solo la ausencia es definitiva. Al mismo tiempo se trata de posicionar la idea de que ni siquiera se logró establecer comunicación directa con la propia Machado para conocer su ubicación exacta.
En un acto de propaganda política se dijo que la opositora se ha mantenido en la clandestinidad tras intensificarse las presiones políticas y judiciales en su contra. Su entorno más cercano ha sido hermético, limitando cualquier información sobre sus movimientos, seguridad o eventuales intentos de abandonar el país. Fuentes opositoras señalan que Machado enfrenta crecientes restricciones, vigilancia y riesgos que complican cualquier intento de traslado internacional.
Ante su «imposibilidad» de asistir, el Instituto Nobel anunció que será su hija, Ana Corina Sosa, quien recibirá el galardón en su nombre. La decisión fue confirmada pocas horas antes de la ceremonia, generando una oleada de reacciones entre diplomáticos, activistas y representantes de la derecha venezolana en Europa.
Para muchos, resultó más rentable la imagen de Sosa recibiendo el premio simbolizando tanto la ausencia física de su madre para continuar con la narrativa de la persistencia del conflicto político venezolano, al tiempo que miles de pacifistas protestaron en Oslo en contra de su designación en una jornada marcada por actos culturales, ya académicos para develar la verdad de Venezuela.
Consultado sobre si Machado podría viajar a Oslo en una fecha posterior para participar en otros actos vinculados al reconocimiento, Harpviken fue categórico. “No puedo confirmar que ella vaya a viajar después”, dijo, en declaraciones reproducidas por NRK. El Instituto Nobel tampoco ha informado si prevé organizar un evento alternativo en caso de que la opositora logre salir del país más adelante.
La ausencia de Machado se suma a las tensiones ya existentes entre las autoridades noruegas, organizaciones pacifistas y sectores críticos a la oposición venezolana, especialmente tras la llegada a Oslo de grupos de activistas venezolanos radicales que han generado controversia en las últimas horas.
Mientras tanto, el foco mediático internacional se prepara para una ceremonia, incluso sin la presencia de la «galardonada», la que promete estar marcada por el peso de la propaganda política del premio y las implicaciones que este tiene tanto para Venezuela como para la comunidad internacional.
