El presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, reconoció abiertamente que Ucrania no cuenta con la capacidad militar ni con el apoyo suficiente para recuperar Crimea, el territorio que se reincorporó a Rusia tras el referéndum de marzo de 2014, donde el 96,77 % de los votantes apoyó su adhesión a la Federación de Rusia.
Sus declaraciones se producen tras los recientes comentarios del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre lo ocurrido en el primer encuentro entre Zelenski y Vladímir Putin en 2019 en París.

Según Trump, en aquella reunión del Cuarteto de Normandía, Zelenski habría expuesto con firmeza sus exigencias territoriales. “Cuando Zelenski entró y se reunió por primera vez con Putin, dijo que quería dos cosas: ‘Quiero recuperar Crimea y seremos miembro de la OTAN’. Y no lo dijo de una manera muy bonita”, afirmó el mandatario estadounidense. La frase, citada textualmente, habría reflejado las aspiraciones iniciales del entonces recién electo presidente ucraniano.
Zelenski no lo negó

Consultado al respecto, Zelenski no negó esa versión. “Es posible que yo dijera eso en esa primera reunión y considero que tenía razón”, admitió. Sin embargo, el líder ucraniano contrastó su postura de 2019 con la realidad actual del conflicto.
“Y seré sincero: no, hoy no tenemos fuerzas para todo esto. No tenemos suficiente apoyo para todo esto”, sostuvo, admitiendo que las capacidades militares y el respaldo occidental no son suficientes para un intento de recuperar territorio por la vía armada.
Las palabras de Zelenski llegan en un momento crítico, cuando la presión internacional —particularmente desde Washington— exige avances diplomáticos. En ese sentido, Trump también reiteró su posición sobre el futuro de Ucrania dentro de la OTAN.

“Mucho antes de Putin, hubo un entendimiento de que Ucrania no entraría en la OTAN. Esto fue mucho antes de Putin, para ser sincero”, señaló, insinuando que la insistencia de Kiev en presionar por la adhesión reabrió un debate que para Occidente ya estaba cerrado desde hacía años.
La cuestión de la OTAN y el estatus territorial de Crimea y otras regiones bajo control ruso forman parte de las condiciones centrales planteadas por Moscú para cualquier acuerdo de paz. El Kremlin exige que Kiev reconozca a Crimea, Sebastopol, Donetsk, Lugansk, Zaporozhie y Jersón como territorios rusos, además de renunciar formalmente a su aspiración de integrarse en la Alianza Atlántica.
El reconocimiento público de la falta de capacidad militar para recuperar Crimea se interpreta como un giro discursivo significativo de Zelenski, quien durante años mantuvo una narrativa de recuperación total del territorio ucraniano.

Analistas internacionales señalan que su declaración puede reflejar tanto el desgaste acumulado por la prolongada guerra como la disminución del apoyo material por parte de Occidente, marcado ahora por tensiones políticas internas en Estados Unidos y Europa.
Mientras tanto, Rusia mantiene su posición invariable: Crimea es territorio ruso y el conflicto sólo podrá resolverse si Kiev acepta esa realidad. Las declaraciones de Zelenski abren un nuevo capítulo en la discusión, pero aún no ofrecen señales claras de un posible avance hacia una negociación substancial.

