Desde la Guerra de los Doce Días (Irán e Israel) hasta el hackeo del teléfono de Naftali Bennett (ex primer ministro del régimen sionista) y la filtración de información confidencial de miles de altos funcionarios políticos y de seguridad, son indicios de la superioridad de inteligencia de la República Islámica de Irán.
Las recientes declaraciones del portavoz del CGRI sobre la completa base de datos iraní de información del régimen sionista adquieren un significado más profundo al compararlas con la noticia del hackeo del teléfono móvil de Naftali Bennett, ex primer ministro de Israel. Estos dos eventos parecen independientes, pero a nivel analítico apuntan a una misma realidad: la penetración de la inteligencia iraní en los estratos humanos, decisorios y personales de las élites políticas y de seguridad del régimen sionista.
El reciente énfasis del portavoz del CGRI, el general de brigada Naeini, en que el 80% de las acciones de Irán en la Guerra de los 12 Días se basaron en información de años anteriores, demuestra que Irán no se basa únicamente en escuchas telefónicas ocasionales ni en operaciones oportunistas. El hackeo del teléfono de Bennett también puede entenderse en este contexto, ya que el teléfono móvil de un alto funcionario no es solo una herramienta de comunicación, sino también un repositorio de datos de comportamiento, redes de comunicación, hábitos de seguridad y huellas de toma de decisiones, y el acceso a él tiene un gran valor informativo.
La reacción de los medios de comunicación y las agencias de seguridad israelíes a este hackeo fue similar a la tensa atmósfera de la Guerra de los 12 Días, con los medios advirtiendo constantemente sobre la infiltración iraní e informando sobre la creación de docenas de archivos de seguridad. Esta situación indica una crisis en la seguridad digital y humana de Israel que ha trascendido el nivel de la infraestructura y ha alcanzado a personas clave.
Conclusión:
En conclusión, creo que el vínculo entre la Guerra de los 12 Días y la infiltración digital muestra a los altos funcionarios israelíes que el campo de batalla ha entrado en una etapa que trasciende el conflicto militar. En esta etapa, la acumulación de información previa permite predecir el comportamiento del enemigo, gestionar la situación sin una confrontación directa y atacar directamente la toma de decisiones.
La significativa diferencia en la sensación de victoria (80 % en Irán frente al 13 % en Israel) refleja que la disuasión no se define únicamente por la potencia de fuego, sino que depende de la sensación de seguridad de la élite, la confianza social y la percepción de la vulnerabilidad del Estado. En este contexto, el hackeo del teléfono de Naftali Bennett simboliza la continuación de la guerra de información y la continuidad de la superioridad en este campo.
Por Seyyed Mohammad Javad Hosseini, Analista de Política Internacional, Extra News Mundo en Asia

