Con el inicio del cónclave este miércoles 7 de mayo, todas las miradas se centrarán en la pequeña chimenea de la Capilla Sixtina. Desde ese sencillo tubo de metal emergerá la esperada fumata blanca que anunciará la elección del nuevo Papa.
Durante los días que dure el cónclave, los cardenales realizarán cuatro votaciones cada jornada: dos por la mañana y dos por la tarde. A cada bloque de votaciones le sigue una fumata, que será negra si no se ha alcanzado un acuerdo, o blanca si ya se ha elegido al nuevo Pontífice.
El único día que no habrá votación por la mañana será el miércoles 7, ya que a las 10:00 a.m. (hora de Roma) se celebrará la Misa Pro eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro.
Por ello, ese día solo habrá votaciones por la tarde, y en consecuencia, habrá una fumata poco después de las 19:00 p.m. (hora de Roma), según confirmó el Vaticano.
En los días siguientes, si el Papa no es elegido en la primera votación de la mañana, se realiza una segunda de inmediato. Ambas papeletas se queman juntas, lo que da lugar a una posible fumata hacia las 12:00 p.m. Si, en cambio, el Pontífice es elegido en la primera votación de la mañana, el humo blanco aparecerá poco después de las 10:30 a.m.
El mismo proceso se repite en la tarde. Tras un breve descanso, se realizan otras dos votaciones. Si ninguna es concluyente, la fumata se espera alrededor de las 19:00 p.m. Pero si el Papa es elegido en la primera votación de la tarde, la fumata blanca se vería poco después de las 17:30.
Así, los fieles deberán estar atentos a cuatro posibles momentos de fumata cada día: dos hacia el mediodía y dos al anochecer. Sin embargo, el primer día solo habrá una oportunidad de ver humo, al finalizar la única votación de la tarde.
La fumata se produce al quemar las papeletas cada cardenal, junto con compuestos químicos que tiñen el humo de negro o blanco. Tras la fumata blanca, las campanas de San Pedro repicarán con fuerza para confirmar el esperado “Habemus Papam”.