La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha emitido una alerta epidemiológica ante un preocupante aumento de casos de sarampión en América Latina y otras regiones del continente. Hasta la semana epidemiológica 8 de 2025, se han confirmado 268 casos en países como Argentina, México, Canadá y Estados Unidos, cifra que representa un incremento significativo respecto a 2024, cuando se registraron apenas 60 casos en el mismo período, señala la OPS.
Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 1 de enero y el 18 de abril de 2025 se reportaron 2.318 casos en seis países de la región, con tres muertes confirmadas. La mayoría de los afectados son jóvenes entre 1 y 29 años que no cuentan con vacunación o cuyo estado inmunológico es desconocido. Argentina, Belice, Brasil, Canadá, México y Estados Unidos concentran estos brotes, reflejando un repunte de once veces en comparación con el año anterior.
Este resurgimiento del sarampión, una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta principalmente a la infancia, se vincula directamente con la caída en las tasas de vacunación, exacerbada por la desinformación promovida por movimientos antivacunas y las dificultades sanitarias derivadas de la pandemia. A pesar de que la región fue declarada libre de sarampión en 2024, la circulación continua del virus en otras partes del mundo y la existencia de grupos no inmunizados mantienen latente el riesgo de brotes.
El sarampión se transmite fácilmente a través de gotículas respiratorias y puede causar complicaciones graves como neumonía, encefalitis, ceguera y diarrea intensa, especialmente en niños malnutridos y personas con sistemas inmunitarios debilitados. No existe un tratamiento antiviral específico, por lo que la vacunación es la única herramienta efectiva para prevenir la enfermedad y sus consecuencias.
La OPS hace un llamado urgente a los gobiernos y a la sociedad civil para intensificar las campañas de vacunación, fortalecer la vigilancia epidemiológica y garantizar una respuesta rápida y coordinada frente a los brotes. Solo con un compromiso colectivo y políticas públicas inclusivas se podrá proteger la salud de las poblaciones más vulnerables y evitar que enfermedades prevenibles vuelvan a poner en jaque a la región.
La salud es un derecho fundamental y la vacunación, una herramienta clave para garantizarla. En tiempos donde la desigualdad y la desinformación amenazan con revertir décadas de avances, es imprescindible que América Latina reafirme su compromiso con la justicia social y la salud pública universal.