La Asamblea Nacional (AN) de Venezuela aprobó este martes 3 de junio, en primera discusión, el proyecto de ley aprobatoria de la Convención sobre el establecimiento de la Organización Internacional para la Mediación (OIMed), iniciativa multilateral promovida por China y respaldada por más de 90 países.
Tras ser aprobado en sesión ordinaria, el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, declaró que el texto será remitido a la Comisión Permanente de Política Exterior, Soberanía e Integración, para la elaboración del informe correspondiente.
La ley busca formalizar la incorporación de Venezuela a la OIMed, un organismo intergubernamental pionero en la mediación pacífica de controversias internacionales.
“Queda aprobado (…) el proyecto de ley aprobatoria de la convención sobre el establecimiento de la organización internacional para la mediación”, expresó Rodríguez, conforme al artículo 104 del Reglamento Interior y de Debates de la AN.
Jorge Rodríguez.
Maduro habló sobre la relevancia de la Organización Internacional para la Mediación
La propuesta se alinea con lo anunciado por el presidente Nicolás Maduro, quien calificó la adhesión de Venezuela a la OIMed como un paso histórico hacia la consolidación de un nuevo orden mundial justo, pacífico y multipolar.
Durante su programa “Con Maduro+”, el jefe de Estado venezolano afirmó que la Organización Internacional para la Mediación representa una alternativa real para la resolución de conflictos de índole comercial, político y social, basada en el respeto a la soberanía y el diálogo entre naciones.
Nicolás Maduro durante su programa Con Maduro+
Venezuela firmó el acuerdo de adhesión el pasado viernes en Hong Kong, junto a otros 33 países, como parte de una estrategia para impulsar la cooperación Sur-Sur y fortalecer los principios del multilateralismo.
La OIMed es considerada el primer organismo intergubernamental dedicado exclusivamente a la mediación internacional. De acuerdo a el canciller Yván Gil, su creación representa un punto de inflexión en la arquitectura global, al ofrecer a los países del sur una herramienta concreta para intervenir en los principales debates geopolíticos, sin la intermediación de potencias hegemónicas.