«El pueblo boliviano hoy demostrará que la verdadera fuerza de una nación está en su capacidad de decidir en paz, con respeto y democracia. Que el mundo vea a Bolivia como un país que honra su voto. Exhorto a todos los y las ciudadanos que concurran a sus centros electorales con esperanza, entusiasmo y confianza, en paz, con la certeza que su voto será respetado. Los invito a que participen, con su voto y ejemplo, seguiremos construyendo democracia. Declaro inaugurada la jornada electoral», con estas declaraciones, Oscar Hassenteufel Salazar, Presidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia inauguró los comicios generales de Bolivia.
Este 17 de agosto Bolivia va a elecciones, una de los procesos con mayor incertidumbre y que podría marcar un punto de inflexión en su historia reciente.
La jornada abre a las 8.00 am hora de Bolivia, y finaliza a las 4.00 de la tarde
Se eligen 8 binomios presidenciales, ya que la fórmula incluye presidente y vicepresidente, pero además 36 senadores y 130 diputados, renovando ambas cámaras.
Votan 7.937.138 personas, de las cuales 369.931 (4,6%) se encuentran en 22 países del exterior. Santa Cruz, La Paz y Cochabamba concentran más del 70% del electorado.
Funcionarán 34.026 mesas electorales con un promedio de 240 votantes por cada una.
El ganador debe obtener 50% más uno de votos válidos o 40% de votos con una diferencia de más de 10% de votos con el segundo.
Todas las encuestas vaticinan que habrá segunda vuelta, con dos candidatos de derecha que puntean en las encuestas rondan el 20% de votos
La izquierda podría quedar relegada del poder, tras 20 gobernando a pesar de haber superado un reciente golpe de estado contra el expresidente Evo Morales, quien no participará en esta elección por haber sido inhabilitado. Él ha llamado a ejercer el voto nulo en protesta por esto que considerada una injusticia.
La principal preocupación de los votantes es la economía, presiones del tipo de cambio por escasez de dólares, ya que las exportaciones de gas natural han disminuido y la inflación está en su nivel más alto en 40 años, además, el combustible escasea y se visualizan largas colas para surtir.