Seyed Mohammad Javad Hosseini, Analista de Asuntos Internacionales
La reciente preocupación en Washington y Tel Aviv sobre el acceso de Irán a tecnología militar avanzada ha cobrado una nueva dimensión tras el reciente incidente de una bomba GBU-39 fallida en el asesinato del comandante de Hezbolá, Haitham. La bomba, considerada una de las municiones de precisión más importantes de la Fuerza Aérea estadounidense, cuenta con un sistema de guiado de precisión, un sistema antiinterferencias GPS y un cuerpo compuesto de alta sensibilidad. Su fallo en el reciente ataque contra Hezbolá y el hecho de que sus componentes vitales permanecieran intactos han aumentado la probabilidad de que Irán o actores afiliados a Hezbolá obtengan sus componentes tecnológicos; un evento que Washington considera una fuga de tecnología no deseada y que podría cambiar la ecuación de la disuasión.
En los últimos años, Irán ha demostrado su capacidad para explotar y aplicar ingeniería inversa a tecnologías de armas y equipos militares capturados, así como a municiones obsoletas. Un ejemplo notable fue la ingeniería inversa del dron RQ-170, que condujo a la producción de nuevos drones de reconocimiento y combate. Esta experiencia ha llevado a Estados Unidos e Israel a considerar el acceso de Irán a tecnologías de guiado, sensores, materiales compuestos y equipos antiinterferencias como una amenaza real. Desde su perspectiva, Teherán no solo es receptor de la tecnología, sino que también puede convertir los componentes adquiridos en diseños autóctonos. Este proceso podría aumentar la precisión de los misiles de precisión, la estabilidad de los drones suicidas y la eficacia de los sistemas de evasión de radar, además de fortalecer las capacidades de los grupos aliados con Irán.
La dimensión de seguridad de este asunto cobra aún más importancia cuando estas tecnologías tienen un impacto directo en el equilibrio regional de disuasión. Si Irán adquiriera incluso una fracción de los componentes críticos del GBU-39, podría mejorar la precisión de los misiles Fateh, optimizar la navegación antiinterferencias y perfeccionar el diseño de los drones de combate. Tel Aviv ve esto como una doble amenaza:
1. Aumentar el poder ofensivo del Eje de la Resistencia.
2. Obstruir futuras misiones de su fuerza aérea contra las armas de precisión y sigilo de Irán.
Resumen:
Según el autor de este artículo, el incidente en cuestión no es simplemente un error operativo, sino una muestra de la fragilidad del control tecnológico en las complejas áreas actuales. La sensibilidad de Estados Unidos y el régimen sionista se basa en experiencias pasadas y se ha visto acentuada por la posibilidad de que Irán acceda a componentes avanzados. Teherán ha demostrado su capacidad de ingeniería inversa y localización, lo que podría cambiar significativamente el equilibrio tecnológico y de poder en Oriente Medio.

