Banderas rojas ondeaban en la plaza de Tiananmén cuando, al amanecer, 80 salvas de artillería rompieron el silencio de China. Con ese estruendo comenzó el gran desfile militar con el que Beijing conmemoró este miércoles el 80º aniversario de la victoria sobre Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial en Asia.
Durante poco más de una hora, la capital fue escenario de una puesta en escena cuidadosamente orquestada, donde cada paso de los soldados y cada vuelo de los aviones llevaba el peso de la historia y la fuerza de la modernidad.


Desde la tribuna central, el presidente Xi Jinping presidió la ceremonia acompañado por líderes como Vladimir Putin y Kim Jong-un, en la mayor reunión internacional de alto nivel que acoge China en años.
“Recordemos el sacrificio de nuestros héroes y honremos la paz”, dijo Xi al abrir el acto, en un discurso que buscó vincular el recuerdo de la resistencia contra Japón con la proyección de un país que se presenta como garante de estabilidad mundial.



China mostró su poder militar y tecnológico
Más de 10.000 militares, veteranos y nuevas generaciones del Ejército Popular de Liberación marcharon en perfecta sincronía frente a los invitados, bajo el sonido de coros que entonaron himnos patrióticos como Defender el Río Amarillo.
La emoción también se sintió en el cielo. Helicópteros sobrevolaron la ciudad portando pancartas con lemas como “La justicia prevalece” y “El pueblo prevalece”. Miles de globos de colores y 80.000 palomas blancas, una por cada año de la victoria, pusieron el cierre simbólico a la jornada.


China aprovechó la ocasión para mostrar su arsenal más avanzado. Desfilaron misiles hipersónicos, drones de combate furtivos, submarinos JL-3, el sistema antimisiles HQ-29 e innovaciones tecnológicas como robots de cuatro patas y vehículos no tripulados. El punto culminante llegó con el DF-5C, un misil balístico intercontinental de nueva generación con capacidad para portar múltiples ojivas nucleares.
En tierra, mar y aire, la exhibición reforzó la idea de un ejército en plena modernización, capaz de operar en todos los escenarios: desde el ciberespacio hasta el espacio ultraterrestre.
China demostró unidad con una tribuna de alto nivel


La presencia de más de veinte jefes de Estado y de gobierno dio un carácter geopolítico al desfile. Putin y Kim Jong-un caminaron junto a Xi Jinping por la alfombra roja hasta la Puerta de la Paz Celestial, en una imagen cargada de simbolismo. También estuvieron presentes líderes de Irán, Cuba, Pakistán, Bielorrusia y varios países africanos y asiáticos.
Para Kim Jong-un, fue el primer evento multinacional al que asistió desde que llegó al poder en 2011. Llegó en su característico tren blindado, acompañado por su hija Kim Ju-ae, y se sentó junto a Putin y Xi en la tribuna, mostrando la cercanía entre los tres países.
Para China la historia es fundamental

El desfile no solo rindió homenaje a los veteranos que resistieron la invasión japonesa, también envió un mensaje de orgullo nacional y confianza en el futuro. China mostró que honra su pasado, celebra su presente y se proyecta como un actor central en un mundo cada vez más multipolar.
En palabras de un veterano de 75 años, presente en la plaza: “Hoy no solo vemos la fuerza de China, vemos cómo el mundo se une por la justicia”.
Desde Estados Unidos, el presidente Donald Trump utilizó su plataforma social para cuestionar la intención de Xi de reconocer el apoyo estadounidense durante la guerra y lanzó una felicitación cargada de ironía hacia los líderes presentes, sugiriendo una conspiración contra EE.UU.
«Mande mis saludos a Putin y Kim, conspiran contra Estados unidos de América» ironizó el presidente estadounidense.