China ha dado un nuevo salto en su ambición de construir una marina de guerra de primer nivel. Este miércoles, el país puso oficialmente en servicio su tercer y más avanzado portaviones, el Fujian (CV-18), durante una ceremonia encabezada por el presidente Xi Jinping en una base naval en Sanya, provincia de Hainan, informó la agencia estatal Xinhua.
El Fujian es el primer portaviones de fabricación china equipado con catapultas electromagnéticas (EMALS), un sistema que hasta ahora solo utilizaba la Marina de Estados Unidos en su buque insignia, el USS Gerald R. Ford (CVN-78). Xi Jinping abordó el nuevo buque, donde fue informado sobre sus capacidades de combate, los procedimientos de lanzamiento de aeronaves y las innovaciones tecnológicas integradas en su diseño, según el reporte oficial.
Con un desplazamiento superior a 80.000 toneladas, el Fujian se convierte en el buque de propulsión convencional más grande del mundo, de acuerdo con el South China Morning Post. Su nombre honra a la provincia de Fujian, frente a la isla de Taiwán, un detalle simbólico que no pasa desapercibido en medio del incremento de tensiones entre Pekín y Washington en el Indo-Pacífico.
China se pone a la par de EE.UU

El nuevo sistema de lanzamiento electromagnético —que sustituye al tradicional salto de rampa o ski-jump— permite lanzar aviones con mayor carga de combustible y municiones, aumentando su alcance y poder ofensivo.
“Las catapultas electromagnéticas representan un salto cualitativo para la Armada china”, destacó el medio estatal CCTV. En comparación, los portaviones anteriores, el Liaoning y el Shandong, utilizan plataformas de despegue convencionales que limitan el peso y la frecuencia de salidas de los cazas.
Diseñado y construido íntegramente en China, el Fujian marca una evolución clave hacia una flota de portaaviones más autónoma y moderna, capaz de proyectar poder en aguas lejanas. Expertos militares señalan que su entrada en servicio consolida el objetivo de Beijín de contar con una marina de “agua azul”, capaz de operar globalmente y disputar la influencia marítima estadounidense en Asia-Pacífico.
El debut del Fujian llega en un contexto geopolítico tenso. Mientras EE. UU. refuerza su presencia militar en Filipinas, Japón y Guam, China acelera la expansión de su flota y el desarrollo de armas hipersónicas. Analistas interpretan el lanzamiento del portaviones como un mensaje directo de disuasión a Occidente y una muestra del avance tecnológico del gigante asiático, que busca reducir su dependencia de equipamiento extranjero.

Aunque su propulsión sigue siendo convencional —a diferencia del sistema nuclear del USS Ford—, el Fujian simboliza un avance que podría redefinir el equilibrio naval regional. Su despliegue operativo está previsto para los próximos meses, cuando finalicen las pruebas en mar y las certificaciones de vuelo.
Con esta incorporación, China da un paso más en su objetivo de construir una fuerza naval capaz de rivalizar con Estados Unidos, reforzando su posición como potencia global en ascenso.

