Durante su visita a Beijing, el presidente iraní Masoud Pezeshkian fue recibido por Xi Jinping, en un momento clave en que ambos líderes participaron en el gran desfile militar que conmemora los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Xi valoró “el reiterado compromiso de Irán de no desarrollar armas nucleares” y afirmó que China respeta “su derecho al uso pacífico de la energía nuclear”.
Por su parte, resaltó que Pekín coloca siempre las relaciones bilaterales “al frente de su diplomacia en Medio Oriente” y se mostró dispuesto a profundizar la cooperación mutua en “comercio, inversión, energía limpia y conectividad”.
Desde Teherán, Pezeshkian describió las relaciones como “estratégicas” y remarcó que Irán es un “socio fiable” en lo político, económico e internacional, especialmente para contrarrestar el unilateralismo. Su gobierno busca avanzar con seriedad y constructividad dentro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).
Este encuentro diplomático ha sido visto como parte de una exhibición más amplia de poder y alianzas. Para analistas, la reunión y el desfile representan la consolidación de un “eje de turbulencia” conformado por China, Rusia, Corea del Norte e Irán, que desafía el orden global occidental
Irán agradece a China

En el marco del evento, Masoud Pezeshkian calificó las relaciones con China como un pilar clave frente al unilateralismo, destacando la cooperación que viene haciendo con China dentro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).

La presencia de ambos líderes en el desfile se sitúa en medio de una exhibición de poder global. El Financial Times subrayó que la reunión se produce tras la cumbre del Shanghai Cooperation Organization (SCO), cuya presidencia rotatoria ejerce China, y que busca presentar una alternativa al orden liderado por EE.UU.