Venezuela y China abrirán una nueva ruta marítima directa que promete transformar su intercambio comercial al reducir drásticamente los tiempos de transporte de mercancías, que actualmente tardan entre 42 y 90 días en arribar desde puertos asiáticos. Con el establecimiento de este enlace, los trayectos podrían completarse en apenas 20 a 25 días, según estimaciones de World Trade Energy.
El buque de carga a granel De Xin Yi Da será el encargado de inaugurar esta conexión entre el puerto de Tianjin —el mayor del norte de China y una de las principales puertas de entrada a Beijín— y los puertos venezolanos de Puerto Cabello y La Guaira, ambos con salida estratégica al mar Caribe. La medida se inscribe dentro del fortalecimiento de la alianza entre ambas naciones, descritas como socios “a toda prueba y a todo tiempo”.

Uno de los principales beneficios de esta nueva operación radica en la eliminación de trasbordos en terceros países. Hasta ahora, las mercancías debían pasar por puertos de la costa oeste de EE.UU., México o Panamá, lo que incrementaba costos, tiempos de espera y riesgos logísticos. Con un enlace directo, se espera una mayor eficiencia en la rotación de inventarios y una reducción significativa de pérdidas asociadas al almacenamiento prolongado.
El anuncio oficial de la ruta fue realizado en septiembre durante el Foro Empresarial China–Venezuela, y para finales de octubre el proyecto avanzaba en su fase final de coordinación entre autoridades portuarias y operadores logísticos venezolanos. Las adaptaciones técnicas y operativas, según fuentes del sector, permitirán que la ruta entre en funcionamiento sin interferencias con los corredores comerciales ya establecidos.

De acuerdo con World Trade Energy, esta iniciativa no solo recortará tiempos de entrega, sino que también “reducirá costos operativos y riesgos logísticos”, lo que podría traducirse en una mayor disponibilidad de insumos, tecnología y bienes de consumo para el mercado venezolano. Asimismo, se proyecta que la ruta incentive nuevas inversiones extranjeras y consolide la presencia de empresas chinas en sectores clave como energía, telecomunicaciones, manufactura y agroindustria.
Las relaciones comerciales entre China y Venezuela han mostrado un marcado crecimiento en los últimos años. Según datos difundidos por la televisora estatal VTV, la actividad comercial entre ambas naciones aumentó un 25 % entre 2022 y 2024. Para este año 2025 y el próximo 2026, las proyecciones apuntan a que esa tendencia se mantendrá o incluso se acelerará.

Ángel Freitez, secretario ejecutivo del Comité Empresarial China–Venezuela, destacó que el crecimiento del intercambio bilateral marcó un “récord histórico” de 8.500 millones de dólares en dos años, según recogió Bitácora Económica. A su vez, la ministra de Comercio Exterior, Coromoto Godoy, informó que Caracas y Pekín se encuentran en negociaciones para establecer un esquema de “arancel cero” para al menos 400 productos venezolanos a partir de 2026, de acuerdo con reportes del Banco de Comercio Exterior de Venezuela.
Con esta nueva ruta, Venezuela busca posicionarse como un nodo logístico más competitivo en el Caribe, mientras China continúa expandiendo sus corredores comerciales en América Latina. Ambos países esperan que la conexión impulse una nueva etapa de dinamización económica y estrechamiento de sus relaciones estratégicas.

