El ministro de Minas y Energía de Colombia, Edwin Palma, anunció que el gobierno espera reactivar la importación de gas venezolano antes de que finalice el año, utilizando el gasoducto binacional Antonio Ricaurte.
“Ojalá podamos traer la primera molécula de gas venezolano antes de que termine el año”, señaló Palma durante su intervención en el foro Visión Frontera 2025, realizado en Cúcuta.
El gasoducto, inaugurado en 2007 y paralizado desde 2015, conecta el estado venezolano del Zulia con el departamento de La Guajira en Colombia. Su capacidad instalada es de 500 millones de pies cúbicos diarios.
La decisión está vinculada a las proyecciones de déficit en el mercado interno. De acuerdo con la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), el país podría enfrentar un faltante del 5 % en 2025 y hasta del 20 % en 2026 si no se incorporan nuevas fuentes de suministro.
Colombia ya había evaluado alternativas como la importación de gas natural licuado (GNL) a través de plantas de regasificación, pero el costo es significativamente más alto que la opción venezolana.
El ministro advirtió que aún existen barreras técnicas, jurídicas y económicas que deben resolverse, además de las sanciones financieras de Estados Unidos que limitan las transacciones con PDVSA. No obstante, aseguró que el interés del Gobierno es avanzar en la reactivación del gasoducto y en la creación de una “zona económica binacional” que facilite el intercambio energético.
“En Venezuela el gas se quema sin aprovechamiento, mientras en Colombia se necesita cada molécula”.
El anuncio se produce en un contexto de mayores inversiones en el sector energético colombiano. Para 2025, la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas) prevé un aumento de 34,6 % en la inversión en exploración y producción de gas, equivalente a 1.100 millones de dólares.