La visita del jefe del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), Alvin Holsey, a Granada y Antigua y Barbuda, reaviva las alertas en América Latina ante lo que analistas consideran una nueva fase de injerencia militar disfrazada de cooperación en seguridad.
Según fuentes oficiales estadounidenses, la gira busca “fortalecer la cooperación regional y enfrentar desafíos compartidos”, en referencia al narcotráfico y al crimen transnacional.
El viaje de Holsey ocurre en el marco de la operación antidrogas que Washington mantiene en la región, una estrategia que Venezuela ha denunciado como una agresión cuestionando su verdadero propósito.
La reciente solicitud estadounidense para instalar equipos de radar y personal técnico en el Aeropuerto Internacional Maurice Bishop, en Granada —a pocos kilómetros de las costas venezolanas— deja en evidencia una vez mas el verdadero movimiento geopolítico que el Comando Sur gesta contra el país suramericano.
Sin embargo el gobierno de Granada, miembro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), aún evalúa la propuesta.
La agenda de Holsey incluye reuniones con los primeros ministros de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, y de Granada, Dickon Mitchell, así como con las máximas autoridades policiales y militares.
En el contexto actual, marcado por el sobrevuelo de bombarderos estadounidenses en el Caribe, la visita consolida la estrategia de Washington de mantener influencia militar en una región históricamente contraria a la presencia de fuerzas extranjeras.

