El Congreso de Perú aprobó la madrugada de este viernes la destitución de la presidenta Dina Boluarte por “incapacidad moral permanente”, tras semanas de agitación política, protestas juveniles y una ola de criminalidad que ha desbordado al país andino.
Con 122 votos a favor, el Parlamento aprobó las cuatro mociones de vacancia impulsadas por distintas bancadas, marcando el fin abrupto del gobierno de Boluarte y el ascenso del presidente del Congreso, José Jerí, como mandatario interino.
“VACANCIA APROBADA Congreso de la República aprueba la vacancia de la presidenta de la República, Dina Boluarte Zegarra. En consecuencia, se aplicará la sucesión establecida en la Constitución Política del Perú”, publicó el órgano legislativo en su cuenta oficial de X
Las mociones de vacancia, numeradas 19769, 19770, 19771 y 19772, fueron presentadas por el Bloque Democrático Popular, la Bancada Socialista, Renovación Popular y otros partidos. Las acusaciones incluyeron presuntos actos de corrupción, abandono de cargo, uso irregular de viajes oficiales, incapacidad para enfrentar la inseguridad ciudadana y supuestas intervenciones estéticas realizadas durante su mandato.

Boluarte, quien decidió no asistir a la sesión del Congreso, denunció a través de su abogado Juan Carlos Portugal que el proceso fue apresurado e irregular. “Cincuenta minutos entre la notificación y la hora de audiencia es, en paridad, sencillamente violatorio a cualquier procedimiento”, escribió Portugal en su cuenta de X.
José Jerí asume la Presidencia

Tras la aprobación de la vacancia, José Jerí asumió el cargo de presidente de la República, conforme al orden constitucional. En su primer mensaje al país, declaró:
“Pueblo peruano, hoy asumo con humildad la Presidencia de la República por sucesión constitucional para instalar y dirigir un gobierno de transición, de empatía y de reconciliación nacional de amplia base”.
Jerí prometió permanecer en el poder hasta el 26 de julio de 2026, y pidió al país “construir juntos acuerdos mínimos en medio de una crisis política constante”, marcada por gobiernos que no culminan su mandato y una ciudadanía “cansada y desilusionada”.
El nuevo mandatario centró su discurso en la lucha contra la inseguridad, un tema que —según encuestas recientes— se ha convertido en la principal preocupación de los peruanos. “El mal que nos aqueja es la inseguridad ciudadana, las bandas criminales, las organizaciones criminales. Ellos son nuestros enemigos y como tales debemos declararles la guerra”, enfatizó.
También se comprometió a “garantizar con transparencia la legalidad y la neutralidad del proceso electoral”, anticipando una etapa de transición con miras a elecciones democráticas.
El mensaje final de Boluarte

Poco antes de que la señal oficial fuera cortada para iniciar la transferencia de poder, Dina Boluarte se dirigió al país desde el Palacio de Gobierno. En su discurso, defendió su gestión y llamó a la unidad nacional:
“En todo momento invoqué a la unidad, a trabajar juntos y a luchar por nuestro país”, dijo.
Boluarte destacó lo que calificó como logros de su administración en materia social y económica, aunque evitó responder directamente a las acusaciones del Congreso.
Violencia, crimen y descontento

La destitución ocurre en un contexto de crisis de seguridad sin precedentes. A finales de septiembre, jóvenes del colectivo ‘Generación Z’ protagonizaron manifestaciones contra la criminalidad y la falta de liderazgo gubernamental. Días después, los transportistas realizaron un paro nacional de 24 horas tras una serie de extorsiones, asesinatos y ataques armados.
La situación se agravó con el atentado contra la popular banda de cumbia Agua Marina, cuyos integrantes fueron baleados durante una presentación en Lima. El hecho generó una ola de indignación y reforzó la percepción de que el Estado había perdido el control de la seguridad interna.
Analistas peruanos advierten que el país entra ahora en una etapa de transición incierta, con un Congreso fragmentado y una sociedad marcada por el cansancio y la desconfianza hacia sus instituciones.