La visita de Marco Rubio a Ecuador durante la primera semana de septiembre no era en vano, “Hablamos de la posibilidad, todavía no es algo definitivo, pero de la posibilidad de estacionar elementos militares de Estados Unidos en el territorio” decía Rubio. El Secretario de Estado de Estados Unidos llegaba pocos días después de haber lanzado las agresiones contra el sur del Caribe y, bajo la excusa de la seguridad nacional, buscaba expandir su influencia y poderío militar en la región.

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Ahora, el argumento del presidente Daniel Noboa para llevar a consulta la instalación de mases militares estadounidenses fue el intento de contener la violencia. El país atraviesa una crisis de seguridad inédita, con la mayor tasa de homicidios de América latina, 39 por cada 100 mil habitantes en 2024 según cifras oficiales, en medio de un estado de excepción que ya lleva más de un año implementado.
Argumento de Noboa
En este contexto, Noboa defendió la necesidad de habilitar cooperación militar extranjera, a su juicio “imprescindible” para poder doblegar a las numerosas bandas criminales y redactar una nueva Constitución, argumentando que la Carta Magna vigente desde 2008, elaborada durante el gobierno de Rafael Correa, es demasiado “garantista” y limita la capacidad del Estado para enfrentar al crimen organizado y atraer inversiones.
La respuesta fue de abrumador rechazo. 60,64 % de los casi 14 millones de votantes votó por mantener la prohibición de bases extranjeras vigente en la Constitución desde 2008. Además de las bases militares, Noboa buscaba eliminar el financiamiento público a partidos políticos, también fue rechazado por 58%. La reducción del número de asambleístas recibió el rechazo de 53.46% y la negativa a la creación de una Asamblea Constituyente para redactar una nueva constitución se alzó con 61.64%.
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Herramientas a la mano
“Estos son los resultados. Consultamos a los ecuatorianos y ellos han hablado. Cumplimos con lo prometido: preguntarles directamente. Nosotros respetamos la voluntad del pueblo ecuatoriano”, publicaba Noboa una vez conocidos los resultados. El mismo mensaje de X dejaba ver su insistencia para la aplicación de su planteamiento “Nuestro compromiso no cambia; se fortalece. Seguiremos luchando sin descanso por el país que ustedes merecen, con las herramientas que tenemos”.
Si Noboa insiste en que el problema para la lucha contra la violencia como política de Estado puede seguir proponiendo enmiendas o reformas legales en la Asamblea Nacional, o enmiendas y reformas constitucionales. Dependiendo de la propuesta, los procesos podrían tomar incluso menos tiempo que el total de la Asamblea Constituyente, poco menos de un año.
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Esas mismas reformas parciales a la constitución permitirían la instalación de bases militares estadounidenses (prohibidas), aunque sería un arma de doble filo para la administración del empresario bananero, que dice buscar combatir el narcotráfico, pero que tiene acusaciones por tráfico de drogas bajo la fachada de sus empresas. Según un informe de la Oficina Mundial de Aduanas, 30% de la cocaína detectada en contenedores marítimos tiene un puerto de carga declarado en Ecuador.

