La Corte Suprema de Estados Unidos impidió nuevamente a Trump la expulsión de migrantes venezolanos bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, porque considera que no se les da suficiente tiempo para impugnar su expulsión.
Esta decisión surge como respuesta a la solicitud hecha por el presidente Trump para que se le permita reanudar las expulsiones de más de 200 migrantes venezolanos que están retenidos en Texas.
Esta medida es temporal, pero la decisión representa una derrota en el intento del presidente estadounidense, de utilizar esta ley aplicada en contextos de guerra, para criminalizar a migrantes venezolanos acusándolos de presuntos miembros de la extinta organización criminal Tren de Aragua.
En marzo pasado, la administración Trump desafió la orden de un juez que prohibía la deportación de unas 250 personas. En este sentido, procedió con las deportaciones argumentando que los vuelos habían despegado antes de que llegar la orden escrita de un juez.
En este sentido, el juez federal James Boasberg encontró «causa probable» para declarar a la administración en desacato, tras determinar que desobedeció «deliberada y alegremente» su orden de detener las deportaciones de migrantes a la megacárcel de El Salvador.