El expresidente de Bolivia, Luis Arce, fue arrestado este miércoles en La Paz, aunque la forma en que se realizó su detención ha generado al menos una denuncia formal de secuestro.
La exministra María Nela Prada declaró públicamente que Arce fue sacado de su domicilio sin aviso ni presencia de familiares, y trasladado directamente a dependencias de la FELCC, lo que, de acuerdo a sus palabras, viola derechos fundamentales.
Posteriormente, la Fiscalía General de Bolivia difundió el mandamiento de aprehensión, acusando a Arce de supuesto “incumplimiento de deberes y conducta antieconómica”.
El documento sostiene que existen “suficientes indicios” para vincularlo a presuntas irregularidades en el Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas (Fondioc), un caso que ha sido reactivado esta semana. La investigación apunta a supuestos proyectos inexistentes, falta de documentación y desembolsos irregulares durante la etapa en la que Arce ejerció como ministro de Economía y Finanzas.

El operativo coincide con una nueva fase de detenciones en este expediente, en el cual la exdiputada Lidia Patty fue ya arrestada. Testigos informaron que Arce fue detenido alrededor de las 15:00 horas local y trasladado en una vagoneta blanca hacia instalaciones policiales. Aparentemente, reaccionó sin violencia.
La detención ocurre en un escenario político marcado por el ascenso de la derecha al poder en las elecciones de agosto pasado y por recientes decisiones judiciales que ordenaron la liberación de Jeanine Áñez, Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari, acusados en causas vinculadas al quiebre institucional de 2019.

