El Domo de Hierro (Iron Dome) es el principal sistema antimisiles de Israel, diseñado para interceptar cohetes, drones y proyectiles de corto alcance.
Activo desde 2011 y desarrollado con apoyo financiero de EE.UU., combina un radar de detección, un sistema de control de fuego y misiles interceptores Tamir, capaces de identificar y destruir amenazas en el aire.
Tiene un alcance de unos 70 km y, según sus fabricantes, ha mostrado una efectividad superior al 90% frente a ataques de baja intensidad.
Sin embargo, esa capacidad fue puesta en duda tras el reciente ataque iraní, que incluyó cientos de misiles balísticos e hipersónicos como el Hach Qasem, y superó la capacidad de respuesta del sistema.
El Domo de Hierro, que ya había mostrado limitaciones frente a ataques masivos como el de Palestina en 2023, colapsó ahora ante una ofensiva coordinada por el ejército iraní con tecnología de alta precisión. Los misiles de Irán saturaron todas las capas del escudo israelí, dejando zonas urbanas y estratégicas completamente expuestas.
A este fracaso se suma un posible ciberataque iraní. Medios israelíes confirmaron una intrusión en los sistemas de defensa que desató sirenas sin misiles reales y generó caos entre la población.

Incluso se difundieron videos donde misiles interceptores se atacan entre sí, lo que oficiales del CGRI atribuyen a una ofensiva cibernética que “neutralizó” parte del sistema defensivo. El episodio marcó un antes y un después: el mito del escudo invulnerable fue derrumbado tanto en el plano militar como en el psicológico.