El sistema sanitario ecuatoriano atraviesa una de sus peores crisis, luego que el Colegio de Médicos de la provincia de Guayas exigiera al presidente Daniel Noboa la declaración de emergencia en la salud pública, tras el fallecimiento de doce recién nacidos en el Hospital Universitario de Guayaquil.
El gremio denuncia un “desabastecimiento de medicamentos e insumos en todas las unidades médicas del Ministerio de Salud”, agravado en las áreas de cuidados intensivos, y solicita una intervención urgente para permitir la compra inmediata de medicinas y materiales esenciales, señaló EFE.
El Ministerio de Salud confirmó los decesos y los atribuyó a “causas multifactoriales” derivadas de condiciones médicas complejas por nacimientos prematuros, aunque reconoció que dos de los bebés murieron por infecciones relacionadas con la bacteria Klebsiella pneumoniae, resistente a antibióticos, evidencia de fallos en los protocolos sanitarios. Organizaciones médicas y familiares denuncian que, ante la falta de insumos, se habrían reutilizado equipos médicos destinados a ser desechados, lo que pudo contribuir al contagio, versión que las autoridades niegan, aunque no desmienten la escasez de materiales.
El caso ha provocado la apertura de investigaciones internas y la destitución del gerente del hospital y la directora zonal del ministerio. La Fiscalía inició una indagación previa y solicitó historias clínicas, mientras la Comisión de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes del Parlamento convocó al ministro de Salud y otros responsables a rendir cuentas. El Colegio de Médicos demanda que no se aprueben recortes al presupuesto sanitario ni educativo, advirtiendo que más vidas podrían estar en riesgo si no se toman medidas urgentes.
La conmoción social es palpable: madres y activistas reclaman transparencia, condiciones dignas de atención y políticas públicas que garanticen el derecho a la salud.