La tensión en Estados Unidos (EEUU) sigue escalando a medida que se acerca el 14 de junio, fecha para la que están convocadas más de 1.500 protestas en unas 2.000 ciudades, en respuesta a las redadas masivas contra migrantes ordenadas por el presidente Donald Trump.
Desde el 9 de junio, miles de personas han salido a las calles en ciudades como Seattle, Nueva York, Los Ángeles y Chicago para manifestarse contra lo que organizaciones sociales y defensores de derechos humanos describen como “una ofensiva autoritaria” contra las comunidades migrantes.
La respuesta del gobierno federal ha sido inmediata y agresiva: agentes del DHS, policías fuertemente armados y, en algunos estados, incluso la Guardia Nacional han sido desplegados.

En Truth Social, Trump calificó a Los Ángeles como “inundada por extranjeros y criminales” y advirtió que intervendría ante lo que denominó “disturbios y saqueos”. En sus declaraciones ha llamado “insurrectos” a los manifestantes, amenazó con golpear a quienes “escupan a la policía” y tildó de “incompetentes” a líderes demócratas como el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass.
Bass denunció un “escalamiento drástico y caótico”, mientras Newsom advirtió que se está “fabricando una crisis” desde Washington. En Nueva York, el alcalde Eric Adams rechazó el uso de tropas federales y afirmó que la ciudad “no necesita intervención militar”.
Seattle ha sido uno de los epicentros de la resistencia. El 10 de junio, más de 300 personas bloquearon durante 14 horas las entradas del Federal Building para frenar detenciones del ICE. La policía local admitió el uso de gas pimienta, y su jefe, Shon Barnes, declaró que estaría dispuesto a ser arrestado por defender la libertad de expresión.
El clima de tensión se agravó tras las declaraciones del sheriff Wayne Ivey en Florida, quien amenazó abiertamente con matar a manifestantes: “Notificaremos a tu familia dónde recoger tus órganos. Porque te mataremos y no vamos a jugar”.
Para el 14 de junio, están previstas protestas masivas bajo el lema “In America, we don’t do kings”, en rechazo a lo que distintos sectores sociales consideran una deriva autoritaria de la presidencia de Trump.
Artistas como Kim Kardashian, Mark Ruffalo, Pedro Pascal y Billie Joe Armstrong se han pronunciado en defensa de los migrantes y contra la militarización del país.