El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, anunció la retirada de visas a varios funcionarios de gobiernos centroamericanos que colaboran con las misiones médicas cubanas, aunque no reveló sus identidades.
En un comunicado oficial, el jefe de la diplomacia estadounidense señaló que estos funcionarios están implicados en la contratación de misiones médicas cubanas en sus países, las cuales, según la Administración de Donald Trump, constituyen una forma de trabajo forzado.
Rubio, de origen cubano, también instó a otros países a adoptar medidas similares.
Cuba defiende su cooperación médica
Cuba, por su parte, ha rechazado categóricamente las acusaciones de Washington, defendiendo su programa de cooperación médica, una de las principales fuentes de divisas del país, y denunciando lo que considera una «campaña» en su contra y contra sus profesionales de la salud.
En la misma línea, líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom), cuyos sistemas de salud dependen en gran medida del personal médico cubano, defendieron la contratación de estos profesionales y negaron que se trate de una forma de explotación.