Más de 500 empleados permanentes del ejército del sionismo han renunciado durante el año, según el diario Yediot Aharonot, debido a los bajos salarios en medio de la enorme pérdida de servicio causada por los frentes de guerra lanzados por Israel, particularmente el genocidio en la Franja de Gaza, donde la ocupación todavía controla alrededor del 53% del área.

De acuerdo al periódico, se esperan más renuncias de soldados rasos debido al nulo aumento en los beneficios jubilatorios. La ley que avalaría el aumento no alcanzó a llegar a la Knesset (el parlamento sionista); el proyecto preveía un aumento moderado, más no el deseado, en las pensiones de las reservas militares.

Autoridades del ejército con bajo poder de convencimiento
Yedioth Ahronoth agregó que autoridades han rechazado solicitudes de renuncia, pero tienen dificultades para convencer a un gran número de oficiales y suboficiales calificados para continuar en el servicio permanente, lo que resulta en una disminución en los niveles de desempeño y una escasez de líderes competentes.

El ejército israelí advirtió que «se enfrenta a un peligro real que amenaza la calidad de su personal» debido a la obstrucción de la Knesset a la ley de aumento de las pensiones, que fue acordada por los ministerios de finanzas y defensa israelíes hace dos años y medio y todavía está a la espera de legislación, según el periódico.

El mando castrense también instó a los líderes políticos a extender el servicio obligatorio a al menos tres años en un intento de cubrir parte de la grave escasez de personal que padece, especialmente desde que el número de soldados heridos o muertos en los últimos dos años de combates alcanzó los 12.000, según Yediot Aharonot.

