La Cumbre del G7 terminó en caos antes de su clausura formal, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonara anticipadamente el evento entre acusaciones contra sus aliados, elogios a Rusia y una negativa rotunda a imponer nuevas sanciones económicas.
El mandatario estadounidense incendió el escenario diplomático al afirmar que la expulsión de Rusia del G7 en 2014 fue un error. En declaraciones difundidas por varios medios, culpó directamente a su antecesor: “Obama no debió dejar que esto pasara. Y Trudeau lo alentó”.
Al mismo tiempo, Trump sugirió que China también debería formar parte del grupo: “No es una mala idea tener a China en la mesa. Al fin y al cabo, todos dependemos de ella”, dijo a periodistas antes de partir.
Pero su mayor punto de fricción fue su oposición abierta a las sanciones contra Moscú: “Las sanciones no son tan fáciles. No es una calle de sentido único. Cuestan mucho dinero, una cantidad tremenda de dinero”, sentenció.
No gracias, mejor me voy de este G7

Mientras otros líderes buscaban cerrar filas en torno a Ucrania, Trump no solo se desmarcó, sino que ridiculizó a Emmanuel Macron tras sugerir este que el estadounidense abandonó la cumbre para negociar un cese al fuego en Oriente Medio. Trump explotó en redes: “A propósito o no, Emmanuel siempre se equivoca”.
En medio del desconcierto, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, y Trump no lograron sellar ningún acuerdo comercial, lo que intensificó la percepción de fracaso.
“Otro pacto que el supuesto gran negociador no consigue cerrar”, señalaron analistas.
Como si fuera poco, Indonesia —país invitado por Canadá como gesto de expansión del bloque— rechazó formalmente su participación y, en un movimiento simbólico, su presidente Prabowo Subianto se reunió en cambio con Vladímir Putin en Moscú.
Desde el Kremlin, la reacción fue inmediata. Moscú celebró los comentarios de Trump. “El G7 es un grupo inútil… Coincidimos en que fue un error sacar a Rusia”, declaró el portavoz Dmitry Peskov.
En contraste, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien asistió a la cumbre, hizo un llamado desesperado por mantener las sanciones y el apoyo occidental frente a la agresión rusa. Pero el vacío de Trump y las divisiones internas dejaron al bloque con más preguntas que respuestas.