El exasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, fue imputado por el Departamento de Justicia bajo cargos de mal manejo de material clasificado, en un caso que vuelve a sacudir el legado del gobierno de Donald Trump.
De acuerdo con Fox News, la acusación forma parte de la investigación iniciada tras el allanamiento del FBI a la residencia de Bolton en Maryland, el pasado 22 de agosto, donde los agentes confiscaron teléfonos, computadoras, discos duros y unidades USB, además de varios documentos rotulados como “Trump I-IV”, entre ellos una carpeta titulada “Declaraciones y reflexiones sobre los ataques aliados”.
El operativo fue ejecutado como parte de una causa por remoción y retención no autorizada de registros clasificados, así como por pérdida o transmisión indebida de información de defensa nacional, según detalló el Departamento de Justicia en un comunicado.
Fuentes citadas por The New York Post indicaron que Bolton, de 76 años, habría sacado archivos de seguridad nacional de la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump y los habría enviado por correo electrónico a miembros de su familia usando un servidor privado.
El veterano diplomático —recordado por su papel como embajador ante las Naciones Unidas entre 2005 y 2006 y por su línea dura en política exterior— enfrenta una posible pena de hasta 25 años de prisión. Hasta el momento, no ha emitido declaraciones públicas, aunque en sus redes sociales ha continuado criticando la política exterior del expresidente republicano.
Trump Marca distancia con Bolton
Horas después de conocerse la imputación, Donald Trump, fue consultado por la prensa sobre el caso y no dudó en marcar distancia de su antiguo colaborador.
“Creo que es un mal tipo”, dijo Trump a periodistas, añadiendo que no estaba al tanto de los detalles de la acusación formal.
Bolton, quien fue destituido de su cargo en septiembre de 2019 tras una serie de desacuerdos con Trump sobre Irán, Corea del Norte y Venezuela, ha sido durante años una figura controvertida dentro del establishment de Washington, defendiendo una visión intervencionista y belicista de la política exterior estadounidense.
El Departamento de Justicia no ha revelado todavía si otros exfuncionarios están siendo investigados dentro del mismo proceso, aunque analistas apuntan a que el caso refuerza el debate sobre el uso indebido de información clasificada entre las más altas esferas del poder en Washington.
Con esta imputación, Bolton se suma a la lista de excolaboradores de Trump investigados por el manejo irregular de documentos confidenciales, un tema que ha cobrado creciente relevancia política en los últimos años.
