El lunes 29 de septiembre, el presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, anunció en un discurso a nivel nacional, la disolución del gobierno tras informar que el primer ministro Christian Ntsay y otros funcionarios gubernamentales permanecerán en el cargo hasta que se forme un nuevo gobierno, tras la falla del servicio eléctrico y de agua que han generado desde hace 5 días una ola protesta generalizadas que han dejado varias muertes y heridos.
Rajoelina señaló «…He decidido poner fin a las funciones del primer ministro y del Gobierno (…) los que ocupan el cargo actuarán como ministros interinos…», al mismo tiempo se disculpó ante la opinión pública por que los miembros del gobierno no cumplieron con las tareas asignadas.
Las protestas estallaron el pasado jueves en la capital Antananarivo, y se expandieron rápidamente en otras ciudades del país africano, las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos y balas de gomas para contener las protestas, tras la fuerza del descontento el gobierno de Madagascar declaró el toque de queda, el jueves por la noche hasta el sábado.
Mientras miles de jóvenes de la generación Z manifestaban por los constantes corte de energía eléctrica y de agua el presidente de Madagascar, se encontraba en Nueva York para participar en la 80ª Asamblea General de la ONU, desde donde hizo un llamado a la calma.
En respuesta a la crisis, el presidente de Madagascar destituyó al Ministro de Energía e Hidrocarburos Olivier Jean Baptiste, al considerar que había incumplido sus funciones, en un discurso televisado por el canal público TVM, el jefe de Estado explicó que esta destitución se debió a los retrasos en la implementación de soluciones para impulsar la producción energética.

No obstante, desde el jueves no ha parado las protestas, los manifestantes han bloqueado carreteras con neumáticos y objetos, mientras que varias estaciones del nuevo teleférico de Antananarivo fueron incendiadas, también las casas de algunos políticos fueron atacadas.
Según Naciones Unidas, al menos 22 personas han fallecido tras la represión de las fuerzas de seguridad, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, declaró que esta «conmocionado y entristecido por las muertes y los heridos en las protestas por los cortes de agua y electricidad en Madagascar», y exhortó a las fuerzas de seguridad a que evite usar las fuerza.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Madagascar, desmintió las cifras reportadas por Naciones Unidas y ha afirmó que los datos no provienen de las autoridades competentes de Madagascar.