Los senadores estadounidenses Sheldon Whitehouse, Chris Van Hollen y Jeff Merkley enviaron una carta al director ejecutivo de ExxonMobil, Darren Woods, solicitando información sobre la contabilidad de la empresa, por posible incumplimiento de sus obligaciones tributarias en sus operaciones en el Bloque Stabroek, ubicado en aguas que Venezuela reclama como suyas y operadas en expolio por Guyana.
“Nos preocupa la posibilidad de que los contribuyentes estadounidenses estén subvencionando la producción de petróleo en el extranjero de ExxonMobil (..) ExxonMobil se considera un contribuyente de «doble capacidad», ya que es una empresa multinacional que paga un impuesto sobre la renta a un país extranjero al tiempo que recibe un beneficio económico específico de ese país extranjero, como el derecho a extraer petróleo y gas,” se lee en la carta.
ExxonMobil Guyana, subsidiaria directa de ExxonMobil, no paga impuestos a esa nación, gracias al Acuerdo de Reparto de la Producción de 2016, que establece en su artículo 15: “ningún impuesto, impuesto al valor agregado, impuesto al consumo, derecho, tasa, cargo u otro gravamen será recaudado en la fecha del presente o de vez en cuando en lo sucesivo sobre el Contratista o las Compañías Afiliadas con respecto a los ingresos derivados de las Operaciones Petroleras o con respecto a cualquier propiedad poseída, transacciones emprendidas o actividades realizadas.”
Esta correlación legal propicia que ExxonMobil no pague impuestos a la nación donde opera, sin embargo, el gobierno presenta un recibo de pagos por las regalías (el 2% de las ganancias) que la compañía presenta ante autoridades estadounidenses como prueba de pagos al país.
“Los pagos a un gobierno extranjero a cambio de un beneficio económico no se consideran impuestos en absoluto y, por tanto, no pueden acogerse a un crédito fiscal extranjero estadounidense (FTC) (…) Aunque no es difícil distinguir entre impuestos y pagos por beneficios económicos, las normas actuales permiten que los contratos se estructuren de forma que se difumine la distinción. Esta laguna jurídica beneficia especialmente a las grandes multinacionales petroleras” afirma el texto.
Según un informe del FMI de 2021, Estados Unidos subvenciona efectivamente a las grandes petroleras y a la industria de los combustibles fósiles con más de 600 000 millones de dólares al año. La bancada republicana incrementó los subsidios petroleros con su proyecto de ley «Beautiful-for-Billionaires», que incluía una rebaja fiscal de 167 000 millones de dólares para empresas como ExxonMobil, que trasladan puestos de trabajo y beneficios al extranjero, como una forma de “abaratar” los costos de combustible en el país. Los legisladores demócratas intentan eliminar estos vacíos legales para impedir la evasión fiscal.
“En otras palabras, impediría que una empresa como ExxonMobil redujera su factura fiscal en Estados Unidos alegando una FTC estadounidense mayor que cualquier otra empresa que operara en el país y que no pagara por el derecho a perforar en terrenos propiedad de Guyana. Cerrar esta laguna jurídica supondría un ahorro para los contribuyentes estadounidenses de unos 71 500 millones de dólares en diez años”, escribieron los senadores.
Ladrón que roba a ladrón
ExxonMobil y el Gobierno de Guyana iniciaron labores de explotación petrolera en diciembre de 2019, bajo el Acuerdo de Reparto de la Producción. Según informes del Ministerio de Recursos Naturales, el Fondo de Recursos Naturales recibió 6.5 billones desde 2019 a 2024, incluidos 786 190 162 dólares estadounidenses en regalías.
El Acuerdo de Reparto de la Producción establece que Exxon disfruta del 75% de las ganancias para cubrir los gastos de producción, mientras que Guyana recibe la mitad del 25% restante y un 2% de regalías, es decir, el 14,5% de todas las ganancias. Siguiendo esta proporción, Guyana perdió cerca de 10 billones de dólares en cinco años por concepto de evasión de impuestos de ExxonMobil.
El Acuerdo de Reparto de la Producción, firmado a expensas de Venezuela y publicado bajo presión, ha sido ampliamente criticado por sus ventajas para Exxon. El actual presidente de Guyana, Irfaan Ali, fue crítico de este acuerdo en su periodo de campaña contra el entonces presidente David Granger. Seis años después y entrando en su segundo mandato, Ali afirma que el Acuerdo permanece intacto para respetar la “santidad de contratos” a pesar de que prometió renegociarlo en nuevas licencias petroleras. Bajo su administración se han sancionado 6 proyectos petroleros, todos bajo el mismo acuerdo.
Actualmente se estima la reserva del Bloque Stabroek en 11.7 billones de barriles de crudo, con un prospecto de 900 000 barriles por día este año luego de la operatividad del yacimiento Yellowtail. De acuerdo a Exxon, con la incorporación de los pozos Uaru, Hammerhead y Whiptail, la producción podría llegar a los 1.7 millones de barriles diarios, lo que efectivamente incrementaría las ganancias y el robo de Exxon por evasión fiscal.
ExxonMobil y Guyana operan en el Bloque Stabroek a pesar de los reclamos de Venezuela, que mantiene derechos históricos sobre la Guayana Esequiba y sus aguas. La extracción de petróleo, en unas reservas por delimitar, se considera un expolio al pueblo venezolano en tanto se produce en su territorio.