La localidad española de Torre Pacheco vivió tres jornadas de violencia marcada por ataques fascistas contra migrantes y enfrentamientos entre grupos de extrema derecha y residentes extranjeros. El saldo: al menos ocho detenidos, cinco heridos y una comunidad dividida por el miedo y el discurso del odio.
Todo comenzó el 9 de julio, tras la agresión a un residente local de 68 años, presuntamente por jóvenes de origen magrebí. Lo que debía ser una manifestación pacífica de repudio al ataque, convocada el 11 de julio, degeneró en disturbios alimentados por sectores radicales que promovieron una auténtica cacería contra personas migrantes.
La Guardia Civil desplegó hasta 120 efectivos para contener la violencia. Más de 30 personas fueron sancionadas por alteración del orden público y delitos de odio. La presencia de grupos ultraderechistas y el uso de bulos para manipular imágenes del suceso inicial fueron claves en la escalada del conflicto, según reportes de medios locales.
Desde el gobierno central, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, señaló directamente al partido Vox y a otros sectores de la ultraderecha por “alimentar el clima de tensión” con discursos excluyentes y estigmatización sistemática de las personas migrantes.
En respuesta a los ataques fascistas, organizaciones sociales como Bienvenidos Refugiados y Rioja Acoge han pedido que se investigue a los responsables de los discursos y acciones que incitan al odio racial.
Denuncian que lo ocurrido en Torre Pacheco no es un hecho aislado, sino el síntoma de una narrativa de partidos ultraderechistas que normaliza la violencia contra comunidades vulnerables.