Según la Oficina gubernamental de Información en Gaza, Israel perpetró masacres en 24 horas, la más reciente fue el bombardeo de una cocina, un mercado popular lleno de civiles y múltiples escuelas.
Los ataques reflejan una intención clara de causar el mayor número posible de mártires y víctimas entre los desplazados.
El nuevo derramamiento de sangre se produce luego que Israel aprobara un plan para intensificar las operaciones militares en el enclave palestino, que incluiría la toma de Gaza, la retención de los territorios capturados, el desplazamiento forzoso de palestinos al sur de Gaza y la toma del control de la distribución de ayuda junto con empresas de seguridad privadas.
Desde el colapso del alto el fuego entre Israel y Hamás a mediados de marzo, Israel ha lanzado ataques genocidas sobre la Franja de Gaza que han causado cientos de muertos. Ha capturado amplias zonas del territorio y actualmente controla aproximadamente el 50 % de Gaza.
Antes de que terminara la tregua, Israel suspendió toda la ayuda humanitaria hacia Gaza, incluidos alimentos, combustible y agua, lo que desencadenó la peor crisis humanitaria en casi 19 meses de genocidio.
Israel también está llamando a decenas de miles de soldados de reserva para llevar a cabo el plan que afirma será gradual y no se aplicará hasta después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, finalice su visita a la región a finales de este mes.