El gobierno de Bulgaria, dirigido por el primer ministro Rosen Zhelyazkov, presentó su dimisión este jueves en medio de un estallido de protestas ciudadanas contra la corrupción endémica, la clase política y las controvertidas propuestas presupuestarias para 2026.
La renuncia se anunció pocos minutos antes de que en el Parlamento se debatiera una moción de censura impulsada por la oposición y sectores sociales movilizados.
Las manifestaciones, que reunieron a decenas de miles de personas en Sofía y otras ciudades, comenzaron en rechazo al proyecto de presupuesto —el primero elaborado en euros— que contemplaba aumentos de impuestos y cotizaciones. Aunque el ejecutivo retiró ese plan, las protestas se ampliaron para exigir la salida de todo el gabinete y profundas reformas anticorrupción.
Los búlgaros proyectaron consignas como “Dimisión” y “Fuera mafia” en edificios públicos, denunciando el fracaso de la clase política en enfrentar la corrupción estructural.
La crisis ocurre a menos de un mes de que Bulgaria adopte oficialmente el euro como moneda el 1 de enero de 2026, lo que agrega incertidumbre económica y política. El presidente Rumen Radev debe ahora encargar formar un nuevo gobierno; de no lograrlo, se prevé la designación de un Ejecutivo interino y posibles elecciones anticipadas, profundizando la inestabilidad política en el país.

