El gobierno de Trinidad y Tobago desestima las denuncias de familiares y amigos de los dos fallecidos en el último ataque cinético de Estados Unidos en aguas territoriales, que se produjo el 15 de octubre.
“Ahora bien, si bien simpatizamos con la causa de estas cosas, de quienes hacen esas declaraciones, ¿qué hechos tenemos? Si vas en un barco o en una embarcación, ¿qué determina que estaba en el barco? No hay un manifiesto de pasajeros ni nada parecido. Si vas en un avión, es lo mismo (…) No hemos recibido información al respecto, salvo la que vemos en el público, las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales. Sugerí desde el principio que la familia debería haber presentado una denuncia oficial y haber proporcionado a la policía la información que tendría” afirmó el ministro de seguridad nacional, Roger Alexander.
Parientes y vecinos del pescador de 26 años Chad Joseph denunciaron este asesinato, alegando que tanto Joseph como un miembro de la comunidad conocido como Samaroo, fueron asesinados mientras viajaban de regreso desde la costa noroeste venezolana, a solo 11 kilómetros de distancia de Las Cuevas.

Ambas comunidades costeras comparten parentesco, costumbres, la pesca, cultura e intercambio mercante, generalmente informal, por lo que no existen registros de tripulación a bordo de las naves. Los familiares de Joseph niegan todo vínculo con el narcotráfico.
Silencio de Trinidad y Tobago ante explosiones de Estados Unidos
El gobierno de Trinidad y Tobago mantiene un velo de silencio sobre los asesinatos de sus connacionales, sin embargo, fue explícito y vocal sobre su apoyo a estas acciones violentas en aguas territoriales cercanas a Venezuela.
Desde su toma de posesión, la primera ministra Kamla Persad Bissessar se mostró hostil hacia la República Bolivariana, amenazando con usar fuerza letal contra embarcaciones menores provenientes de Venezuela, luego de que el Ministro del Interior, Justicia y Paz de Venezuela denunciara la presencia de un nacional trinitobaguense en una banda desarticulada en territorio venezolano.
El 14 de agosto, Estados Unidos inició su despliegue militar naval en aguas inmediatas a Venezuela, en una operación intimidatoria que tiene por justificación el supuesto combate contra el narcotráfico. Tanto Venezuela como Colombia y voces políticas, apuntan a que la administración Trump busca un cambio de régimen en la República Bolivariana.
Desde este momento, la primera ministra ofreció su territorio como posible base militar en el supuesto de una invasión a Venezuela. También, luego del primer ataque cinético contra una embarcación pequeña con una supuesta carga de cocaína en aguas territoriales, la ministra dijo que Estados Unidos debía “matarlos a todos violentamente.”
No obstante este apoyo “ruidoso”, la administración de Persad Bissessar ha mantenido silencio con respecto a sus propios connacionales.
“Bueno, como dije antes, hay ciertas cosas que no discutiremos todavía hasta que recibamos un informe completo del gobierno de Estados Unidos. No tenemos derecho a hablar de eso ahora mismo”, dijo a la prensa al ser cuestionado al respecto.
Ante los primeros ataques contra naves de menor calado, el actual ministro de defensa de Trinidad y Tobago, Wayne Sturge, afirmó que los pescadores que entraran en aguas comunes con Venezuela o alta mar estaban “por su cuenta”.
Criminalizar a la víctima
El ministro de seguridad nacional, por su parte, opta por una tangente que ya su gobierno conoce bien: criminalizar a la víctima.
Ante el cuestionamiento de la prensa sobre la muerte de ambos pescadores bajo circunstancias que emulan una ejecución extrajudicial y la necesidad de una investigación completa, el ministro apela a un supuesto record criminal de Joseph.
“Sin embargo, el mismo individuo del que la abuela dice que es un buen chico, lo habríamos visto en 2018. ¿Lo ven? Yo también lo vi. Dónde está. Y saben, lo curioso es que a veces me sorprenden, ¿saben? Están hablando con alguien, entrevistándolo. La persona les dijo: «Bueno, el chico es un buen chico, pero revisemos». Y nadie aquí, ningún medio de comunicación, dijo: «¿De qué carrera hablas, milady?». En otras palabras, esperaba que probablemente fuera críquet, pero no lo vi en el T20 el otro día” dijo.

El ministro insinúa, a pesar de las negativas de la familia y la falta de investigación de su portafolio en este caso, que Joseph mantenía nexos con el narcotráfico y que pertenecía a bandas criminales en 2018. Estas acusaciones son infundadas, sin respaldo. Los antecedentes penales de Joseph no justifican en forma alguna su asesinato ni su condena sin debido proceso.
Trinidad y Tobago en su anverso: La oposición reclama
Mientras el partido gobernante hace un silencio conveniente sobre el caso, la oposición reclama respuestas.
El ex ministro de relaciones exteriores, Dr. Amery Browne, criticó el silencio del gobierno sobre este hecho y la hostilidad de la primera ministra ante reclamos internacionales por estas operaciones.
“Aquí estamos y ahora está afectando a nuestra propia gente. El primer ministro está eludiendo a los medios de comunicación, no responde a las preguntas y el ministro de Defensa y otros se encuentran ahora escondiéndose ante esta cuestión tan fundamental. Cuando se informó de que los colombianos se habían visto afectados, el primer ministro respondió de forma muy despectiva al presidente de Colombia. Esto no es lo que representa TT. Creemos en el derecho interno, el derecho internacional y el derecho marítimo” afirmó.
Por su parte, el ex primer ministro y ex ministro de energía, diputado Stuart Young, también criticó esta postura y demandó al gobierno que responda ante el pueblo de Trinidad y Tobago.
“Desafortunadamente, el Primer Ministro ha estado escondido durante días y no ha abordado las crecientes preocupaciones de la incertidumbre. Es responsabilidad del Primer Ministro dirigirse a la nación inmediatamente y proporcionar a la población información y tranquilidad. Haga su trabajo, señora primera ministra” posteó en su cuenta oficial de Facebook.
La actual líder de la oposición, Penny Beckles, se pronunció al respecto y argumentó la preocupación entre las comunidades costeras que viven de la pesca artesanal y concomitan con otras en el margen venezolano.
“Como pescadores en particular, porque me baso en los informes, debe existir una preocupación por aquellos que tienen una expectativa legítima, ya que si eres pescador, es ahí donde te ganas la vida. Estoy segura de que la gente de Las Cuevas, Blanchissuese, La Fillette y, por supuesto, otras zonas, dondequiera que se vaya a pescar, estaría sin duda preocupada por tal actividad, y en lo que respecta a la posición del PNM, seguimos manteniendo que nuestra zona debe ser una zona de paz” afirmó.