Misión para la gestión territorial en Venezuela
La Gran Misión Madre Tierra de Venezuela ha trazado un ambicioso objetivo: convertir las cuencas hidrográficas del país en el eje principal de la planificación y gestión territorial nacional. Este lineamiento fue confirmado durante la segunda reunión del Comité Operativo de Cuencas, que contó con la dirección del vicepresidente sectorial de Planificación, Ricardo Menéndez, y del ministro del Poder Popular para Ecosocialismo, Ricardo Molina. La iniciativa forma parte integral del Vértice 3 de la Gran Misión, denominado “Territorio para la Vida”, que busca articular políticas territoriales con un enfoque sostenible y ambiental.

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Diálogo para la recuperación ambiental
La reunión de trabajo reunió a especialistas provenientes de diversos sectores como el Ministerio de Comunas, Movimientos Sociales y Agricultura Urbana, el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Estos expertos aportaron valiosas propuestas orientadas a la recuperación y rehabilitación ambiental de áreas críticas, en particular aquellas afectadas por la degradación en las cabeceras de ríos y las zonas de torrentes.
Entre los temas tratados destacan las estrategias para la restauración de la vegetación nativa, la protección de la fauna y el manejo integral de los residuos sólidos, elementos clave para preservar el equilibrio ecológico de estas regiones hídricas. De esta manera, se busca salvaguardar la función vital que cumplen las cuencas como reservas naturales y fuentes de recursos esenciales.
Del diseño a la acción comunitaria
Un aspecto fundamental del plan es su traslado efectivo a las comunidades, en donde los saberes técnicos y ambientales se conjugarán con las prácticas locales. El acompañamiento cercano de especialistas asegura que las acciones se ejecuten de manera consistente, promoviendo la protección duradera de las cuencas.
El ministro Molina destacó que esta articulación multisectorial permite unificar diferentes perspectivas y prioridades, como la generación de energía eléctrica, la captación de agua potable para las poblaciones y la conservación integral de los ríos. “Hemos visto cómo vamos confluyendo desde las diferentes visiones y necesidades, para avanzar de manera conjunta en la salvaguarda de estos ecosistemas”, afirmó.

Nuevas estrategias sistemáticas para un desarrollo sostenible
La iniciativa plantea un trabajo con visión sistémica y perspectiva de Estado. La planificación estratégica que impulsa la Gran Misión Madre Tierra reconoce la importancia de las cuencas hidrográficas como puntales para el desarrollo sostenible del país. Estos ingresos naturales no solo satisfacen necesidades básicas como el agua potable y la producción de alimentos, sino que también sostienen procesos productivos industriales, energéticos y la biodiversidad nacional.
Desde la generación de energía hidroeléctrica hasta la conservación de hábitats esenciales, la gestión coordinada de las cuencas es vital para garantizar un equilibrio ambiental que, a su vez, propicie bienestar social y económico para las presentes y futuras generaciones.
Continuidad y compromiso
Fruto de la visión del presidente Nicolás Maduro, la Gran Misión Madre Tierra avanza con paso firme en la consolidación de una política ambiental integrada que enlaza el bienestar social con la responsabilidad ecológica. La planificación territorial en torno a las cuencas refleja un compromiso profundo con la naturaleza y con el pueblo venezolano.
Este modelo de gestión territorial busca crear territorios vivos en términos ambientales y sociales, donde las acciones de protección y desarrollo se articulen de manera respetuosa, eficiente y sostenible. Así, Venezuela reafirma su apuesta por un futuro en armonía con sus riquezas naturales y con la participación activa de sus comunidades.

Manejo integral del territorio
La Gran Misión Madre Tierra emerge como un proyecto emblemático para la protección ambiental en Venezuela, posicionando a las cuencas hidrográficas como el centro neurálgico para la planificación territorial. La colaboración entre ministerios, expertos y comunidades marca un camino promisorio que responde a los desafíos de conservación y desarrollo sostenible.
Con estos avances, se fortalece la gestión integral de los recursos hídricos y su entorno, lo que representa un aporte crucial para el bienestar nacional, la resiliencia ecológica y la prosperidad social en el país. El modelo impulsado bajo la Gran Misión constituye un referente para el cuidado del planeta desde la base territorial con el compromiso de todos los venezolanos.