La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una alerta sobre el repunte mundial de la influenza estacional, con un predominio creciente del virus A(H3N2) en su subclado J.2.4.1, conocido como «K». Este incremento, detectado desde agosto de 2025 mediante secuenciación genética en múltiples países, coincide con el invierno en el hemisferio norte y refleja patrones típicos de infecciones respiratorias agudas, aunque en algunas regiones supera los niveles esperados para esta época.
La gripe estacional, causada por virus de la influenza que circula todo el año, provoca desde síntomas leves como: fiebre, tos seca, dolores musculares, escalofríos y malestares gastrointestinales, afectando desproporcionadamente a poblaciones vulnerables como niños, ancianos y personas con comorbilidades. La OMS enfatiza que, pese a la evolución continua de estos virus –con modificaciones notables en el subclado K–, no hay evidencia de mayor gravedad clínica por ahora. Sin embargo, este cambio genético subraya la necesidad de vigilancia reforzada para evitar colapsos en sistemas de salud.
En un llamado convincente a la acción, la OMS destaca la eficacia de las vacunas antigripales actuales. Las primeras estimaciones indican protección contra hospitalizaciones en niños y adultos, incluso ante variantes derivadas, aunque su impacto en casos clínicos leves aún se evalúa. «Las vacunas permanecen como pilar esencial de la salud pública, especialmente para grupos de alto riesgo y sus cuidadores», afirma el organismo, recordando que protegen no solo contra el virus dominante, sino también contra otras cepas incluidas en la fórmula.
La agencia internacional continúa monitoreando la situación global, apoyando la vigilancia en países y actualizando recomendaciones. Ante este escenario, urge priorizar el acceso equitativo a la vacunación para mitigar brotes y salvaguardar vidas, particularmente en naciones con recursos limitados.

