La selección de fútbol de Haití logró un hecho histórico al clasificarse para la Copa Mundial de la FIFA 2026, que se realizará en Canadá, Estados Unidos y México. Este será su segundo Mundial después de 52 años de ausencia, tras su participación en Alemania 1974, donde fue eliminado en la primera ronda. Haití aseguró su pase tras ganar 2-0 a Nicaragua en la última fecha del Grupo C de la fase de clasificación de la Concacaf, sumando 11 puntos y superando a favoritas como Honduras y Costa Rica. Los goles decisivos fueron anotados por Louicius Deedson y Ruben Providence.

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Clasificación en medio de la adversidad
El logro de Haití tiene un valor especial debido a la difícil situación que atraviesa el país. En medio de una grave crisis socio-política y una profunda pobreza, el equipo haitiano no pudo jugar en su tierra natal y disputó sus partidos «locales» en Curazao y Aruba por razones de seguridad. Esta realidad convierte cada victoria en una hazaña deportiva y logística. Pese a estos obstáculos, Haití creó un equipo competitivo con una mezcla de jugadores experimentados en ligas europeas y jóvenes talentos, logrando soñar con una clasificación que inspiró a toda una nación golpeada pero resiliente.
Una celebración nacional y un símbolo de esperanza
La clasificación fue recibida con júbilo en las calles de Puerto Príncipe y otras ciudades haitianas, donde cientos de personas salieron a celebrar pese a los altos niveles de violencia. Para muchos, este logro representa una nueva página de esperanza, cohesión y orgullo nacional, que renueva el espíritu del pueblo haitiano. Autoridades y dirigentes destacaron que la gesta de la selección “enciende una llama de esperanza y siembra una semilla de unión” para un país que sigue en pie frente a continuas adversidades.

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El significado más allá del fútbol
Más allá del deporte, la clasificación de Haití al Mundial de 2026 simboliza la capacidad de superación y la esperanza de un pueblo que lucha contra la pobreza y la inestabilidad política. La hazaña pone en el foco internacional a Haití no solo por su fútbol, sino como un ejemplo de que los sueños se pueden construir con determinación, incluso en circunstancias muy difíciles.


