
Alvin Holsey almirante de la marina de EE.UU y aparente chivo expiatorio de Hegseth, quien dejará en los próximos días el mando del Comando Sur (por cuestionar acciones militares en el Caribe), sostuvo el martes de esta semana, una videollamada clasificada con los principales líderes republicanos y demócratas del Comité de Servicios Armados del Senado, en medio del creciente escrutinio del Congreso sobre la campaña militar del presidente Donald Trump contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico en el Mar Caribe, cerca de Venezuela.
La videollamada entre el almirante Alvin Holsey y el presidente republicano del Comité de Servicios Armados del Senado y demócratas de alto rango representó otro paso decidido por parte de los legisladores para exigir la rendición de cuentas al Departamento de Defensa sobre las amenazas contra Venezuela y los ataques, especialmente después de un informe que indicaba que dos sobrevivientes fueron asesinados durante una operación en septiembre.

El Congreso también exige que el Pentágono entregue el video sin editar de los ataques, así como las órdenes que los autorizaron, como parte de su proyecto de ley anual de autorización de defensa. Wicker jefe del Comité dijo que el Pentágono estudia si el video tiene “secciones clasificadas”.
El ataque del 2 de septiembre que, según expertos legales, podría haber violado las leyes que rigen la forma en que el ejército de Estados Unidos utiliza la fuerza letal.
En contexto: ¿qué pasó el 2 de septiembre con Holsey?

El incidente de septiembre se ha convertido en el punto más sensible de la investigación legislativa. Expertos legales han advertido que el operativo podría haber vulnerado normas sobre el uso de fuerza letal por parte de las fuerzas armadas estadounidenses.
Los senadores también recibieron información según la cual el barco destruido navegaba hacia el sur, presuntamente con rumbo hacia otra embarcación con destino a Surinam,lo que abre nuevas dudas sobre si realmente representaba una amenaza para Estados Unidos.
Algunos congresistas han criticado las supuestas acciones de defensa, mencionando que el uso de esas capacidades aplicadas en esa u otras de las últimas misiones del Caribe son costosas y se están usando para matar a cualquier traficante sin relevancia.
El Congreso espera un informe más amplio sobre política exterior y seguridad nacional de manos del secretario de Estado Marco Rubio y del secretario de Defensa Pete Hegseth.
Operativo suma 22 lanchas atacadas y 87 muertos
Desde septiembre, la estrategia de Trump ha derivado en la destrucción de 22 embarcaciones y la muerte de al menos 87 personas, según datos presentados a legisladores.
Paralelamente, la Casa Blanca ha intensificado sus amenazas contra el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, y ha enviado a la región una flota que incluye el portaaviones más grande de Estados Unidos.
La administración de Trump sostiene que los narcotraficantes y las drogas representan una amenaza directa a la vida de los estadounidenses, y que por ello se aplican criterios similares a los empleados en la guerra contra el terrorismo.
Este enfoque contrasta con las prácticas habituales de la Guardia Costera, que históricamente ha priorizado la interceptación de embarcaciones, no su destrucción.

El almirante Frank “Mitch” Bradley, jefe de operaciones especiales que autorizó el segundo ataque, dijo en una sesión a puerta cerrada que dio la orden para evitar que la cocaína transportada fuera recuperada luego por miembros del cártel.

