El huracán Melissa, tras haber dejado graves estragos en Jamaica, tocó tierra en Cuba con fuerza considerable, ocasionando inundaciones, crecidas de ríos y daños en infraestructuras en las provincias orientales. La emergencia ha obligado a las autoridades a evacuar a cientos de miles de personas y a desplegar operaciones de rescate en la isla.
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Melissa entra a Cuba con categoría 3 y provoca inundaciones severas
Este miércoles por la mañana, Melissa tocó tierra en Cuba debilitándose a categoría 3, pero con vientos sostenidos que alcanzaron alrededor de 193 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. El fenómeno ingresó al país por el sur, aproximadamente a 90 kilómetros al oeste de Santiago de Cuba, una de las zonas más afectadas. En esta área se registraron rescates urgentes, entre ellos el de 17 personas, incluidos niños y adultos mayores, atrapados por las condiciones extremas.
El huracán ha provocado un aumento considerable en el nivel de ríos, con desbordamientos que han inundado comunidades enteras y bloqueado vías estratégicas para la movilidad, especialmente en Contramaestre, donde las carreteras han quedado intransitables y zonas como Guaninao y Ruta Martina están incomunicadas.

Evacuación masiva y alerta en seis provincias
La respuesta del gobierno cubano ha sido rápida para proteger a la población. Cerca de 735.000 personas fueron evacuadas de seis provincias del este del país: Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Las Tunas y Camagüey. Las autoridades cubanas mantienen en estado de alerta estas regiones ante la intensidad de las lluvias previstas, que podrían alcanzar hasta 63 centímetros.
El presidente Miguel Díaz-Canel ha instado a la ciudadanía a permanecer en sus refugios y mantener la disciplina para minimizar riesgos durante el paso de Melissa. En mensajes a la nación, confirmó que la madrugada fue especialmente compleja y que, pese a ello, las medidas preventivas lograron mantener el control de la situación.

Daños cuantiosos y primeros reportes de emergencias
El impacto del huracán ha dejado daños significativos en infraestructuras, cultivos y viviendas, principalmente en la región oriental. Uno de los síntomas más visibles son las inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales y la desconexión de numerosas comunidades.
Un caso crítico es el río Bayamo, que salió de su cauce, provocando graves consecuencias en los territorios circundantes. Considerando la magnitud y extensión del fenómeno, se prevé que los daños puedan aumentar en las próximas horas mientras continúa la tormenta.

Comunidades incomunicadas y medidas de protección
Según un informe oficial, unas 140.000 personas de 241 comunidades diferentes permanecen incomunicadas, dificultando aún más la situación de emergencia y coordinación. La prioridad ahora es prestar asistencia y garantizar la seguridad de quienes se encuentran en zonas vulnerables.
El gobierno nacional ha desplegado unidades de rescate y apoyo para despejar vías, reestablecer comunicaciones y coordinar el acceso a servicios básicos. La población, por su parte, se mantiene en alerta y trata de seguir las indicaciones para evitar accidentes y pérdidas humanas.

Contexto regional y apoyo internacional
A pesar de que Melissa redujo su intensidad al entrar en Cuba, el huracán permanece clasificado dentro de las categorías de peligrosidad alta, y su avance hacia el norte se dirige ahora hacia las Bahamas. Las autoridades locales continúan con la vigilancia constante, mientras que organizaciones internacionales y gobiernos extranjeros comienzan a preparar ayuda humanitaria.
Estados Unidos ya activó un equipo regional de respuesta para asistir a las naciones del Caribe afectadas, incluyendo a Cuba, en coordinación con equipos de rescate y evaluación. Por su parte, el Reino Unido también ha ofrecido su cooperación mediante el envío de buques y especialistas en emergencias.

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Un llamado a la unidad para enfrentar la emergencia
En medio de esta compleja situación, el gobierno cubano ha llamado a la calma y al compañerismo para superar las dificultades ocasionadas por Melissa. La preparación y trabajo conjunto entre instituciones, comunidades y la población serán decisivos para minimizar los impactos y acelerar la recuperación.
El fenómeno climático ha puesto a prueba la capacidad de respuesta y la resistencia de las provincias orientales, pero el compromiso oficial y la solidaridad ciudadana continúan siendo pilares indispensables para afrontar esta adversidad.

