El Ministerio de Recursos Hídricos de China “activó una respuesta de emergencia de Nivel IV en las provincias de Shaanxi y Gansu”, ante previsiones de intensas precipitaciones y riesgo de inundaciones súbitas en 21 condados y distritos del sur de Shaanxi.
Además, “la Comisión Nacional de Reducción de Desastres envió un equipo de trabajo para guiar y asistir a los gobiernos locales” en las tareas de rescate y asistencia.
En todo el mes de julio el norte y oeste de China, incluyendo Shaanxi, se enfrentan a nuevas lluvias monzónicas conocidas como “Plum Rains”. Miles de rescatistas fueron desplegados, y se emitieron alertas rojas mientras se registraron inundaciones, deslizamientos y suspensión parcial de vuelos y trenes.
cientos de autos fueron arrastrados por la corriente, numerosos hogares quedaron inundados y 446 personas debieron ser evacuadas, en distintas localidades de Shaanxi, tras estas lluvias torrenciales que causaron el desbordamiento del río Sunxi.
Doce muertos y decenas de desaparecidos tras el derrumbe de un puente.
La repentina tormenta y la consecuente inundación, provocaron el colapso parcial de un puente en la autopista Danning, al sur de Shaanxi, alrededor de las 9:00 p. m. La estructura cedió justo cuando el caudal del río aumentó de forma súbita, arrastrando consigo vehículos que cruzaban en ese momento.
Hasta la tarde del sábado, las autoridades confirmaron la muerte de al menos doce personas como resultado directo del incidente. Equipos de rescate trabajan sin descanso en la zona afectada, donde aún se reportan 31 personas desaparecidas y unos 18 vehículos que no han sido localizados, presumiblemente arrastrados por la corriente.
Las operaciones de búsqueda se han visto dificultadas por las condiciones extremas del terreno, el nivel del agua y la persistencia de las lluvias. Las autoridades locales han movilizado recursos adicionales, incluyendo embarcaciones, drones y unidades de buceo, para rastrear el cauce del río y las zonas cercanas al puente colapsado.
Este desastre ha vuelto a poner en el centro del debate la vulnerabilidad de algunas infraestructuras ante fenómenos climáticos extremos, cada vez más frecuentes e intensos. La tragedia también ha generado un fuerte impacto emocional entre la población, mientras las familias de los desaparecidos esperan respuestas en medio del caos y la incertidumbre.
