El Parlamento iraní aprobó este miércoles un proyecto de ley para suspender la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en respuesta a los recientes ataques militares israelíes y estadounidenses contra sus instalaciones nucleares .
La propuesta, respaldada por 221 de los 223 diputados presentes, contempla la retirada de cámaras de vigilancia, el cese de inspecciones y la suspensión del envío de informes al OIEA, todo ello “hasta que se garantice la seguridad de nuestras instalaciones nucleares”.
Mohammad Baqer Qalibaf, presidente del Parlamento y promotor de la iniciativa, acusó al OIEA de haber “puesto en subasta su credibilidad internacional” al no condenar “ni siquiera marginalmente” los ataques y anunció que Irán acelerará su programa nuclear civil.
Asimismo, Ebrahim Rezaei, portavoz del comité de seguridad nacional parlamentario, detalló que la ley suspende “la instalación de cámaras de vigilancia, las inspecciones y la presentación de informes al OIEA, mientras no se garantice la seguridad de las instalaciones”.
La medida debe ahora recibir la validación del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán para entrar en vigor.
La medida parlamentaria se produce en el marco de los ataques no provocados de Israel a Irán y todo Oriente Medio. Durante las últimas semanas, Israel bombardeó instalaciones nucleares iraníes bajo la premisa de frenar su desarrollo armamentístico, mientras Estados Unidos contrarrestó con ataques aéreos sobre emplazamientos subterráneos, generando preocupación por los daños causados.
Por su parte, Rafael Grossi, director general del OIEA, ha expresado su prioridad de que los inspectores regresen a Irán y ha propuesto reuniones diplomáticas con Teherán, pero se encuentra en el ojo del huracán puesto que el informe generado por bajo administración sirvió de casus belis para que Israel atacara a Irán.
Implicaciones de la Decisión de Irán

Para el OIEA: la retirada de inspectores y suspensión de informes dificulta seriamente la supervisión del programa nuclear iraní.
Para Irán: supone un doble movimiento, negándose a retirar completamente su firma del Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT), pero limitando significativamente la transparencia internacional.
Para la comunidad internacional: aumenta la tensión en la región y complica los esfuerzos diplomáticos hacia una contención nuclear.
La decisión legislativa iraní marca un nuevo punto de inflexión en el conflicto nuclear. Si bien aún no constituye una retirada formal del NPT, sí demuestra un endurecimiento de la postura de Teherán y plantea serias dudas sobre la eficacia futura del OIEA como garante del control atómico en Oriente Medio y el mundo.