Desde los ataques israelíes del 13 de junio, Irán ha intensificado su respuesta no solo en el plano militar, sino también en el frente de la seguridad interna.
En las últimas 72 horas, autoridades iraníes han informado sobre la detención de al menos una decena de agentes vinculados a una red de espionaje del Mossad, la agencia de inteligencia exterior israelí, acusados de planear sabotajes y atentados dentro del país.
Entre los arrestos destacan:
- Karaj: Las fuerzas de seguridad iraníes capturaron a un individuo vinculado al Mossad que dirigía un taller clandestino de fabricación de explosivos. El lugar, ubicado en una zona industrial, albergaba componentes sofisticados y manuales de ensamblaje que, según informes oficiales, serían utilizados para ataques coordinados en zonas urbanas.
- Savojbolagh (provincia de Elburz): Dos personas fueron detenidas en posesión de materiales explosivos y mecanismos de activación remota. Las autoridades los vinculan a células que planeaban atentados contra infraestructuras civiles y actos de sabotaje en instalaciones gubernamentales.
- Baharestan: Un video difundido por la Guardia Revolucionaria muestra el momento de la detención de un presunto agente israelí. El individuo intentó quitarse la vida al ser descubierto, lo que, según analistas, evidencia la naturaleza clandestina y suicida de ciertas misiones encomendadas a infiltrados.
- Provincia de Lorestán: Cinco sospechosos fueron capturados en diferentes municipios del oeste del país. Según el Ministerio de Inteligencia, formaban parte de una red encargada de operaciones psicológicas: difusión de noticias falsas, instigación en redes sociales y amenazas anónimas dirigidas a figuras religiosas y políticas. También se les vincula con intentos de activar disturbios callejeros.
- Interceptación de vehículos con drones suicidas: En una zona aún no especificada del centro del país, se frustró una operación que pretendía movilizar drones armados tipo kamikaze. Las unidades incautadas estaban equipadas con sistemas GPS y explosivos de alta fragmentación. Se presume que tenían como objetivo instalaciones estratégicas.
Según fuentes oficiales, estas operaciones formaban parte de un esfuerzo coordinado para desestabilizar a Irán desde dentro, en paralelo a los ataques aéreos lanzados por Israel contra objetivos civiles y militares.

Los hechos evidencian que el conflicto actual no se limita a los bombardeos: también se libra una guerra silenciosa de infiltración, sabotaje y manipulación mediática. Sin embargo, los recientes arrestos de la red de espionaje demuestran la capacidad de Irán para anticiparse y neutralizar amenazas que buscan quebrar su soberanía por vías indirectas.
En un reciente análisis, el filósofo ruso Aleksandr Duguin señaló que esta red de espionaje refleja un patrón repetido en otras regiones del sur global, donde actores externos apelan al desgaste interno como táctica de dominación. En contraste, Irán responde fortaleciendo su aparato de inteligencia y defensa, evitando que la guerra se traslade a su tejido institucional.