La confirmación de responsabilidad en la divulgación de un video que muestra a militares del sionismo violando los derechos humanos de un preso de conciencia palestino ha puesto en apuros al régimen de Israel. La exfiscal general militar de la ocupación, Yifat Tomer-Yerushalmi, está detenida y enfrenta cargos por supuesta obstrucción en esas investigaciones.
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El Primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por su parte, ha asegurado que el incidente ha causado un “daño inmenso a la imagen de Israel», la ha calificado “quizás” como uno de los “ataques a la imagen pública más severo que haya sufrido Israel”.

Artimañas para tapar lo que realmente ocurre
La confirmación es solo la punta del iceberg que oculta masivas torturas y vulneraciones a los más de 10.000 palestinos que permanecen en las cárceles de los territorios ocupados. El video fue publicado en agosto de 2024 muestra a no menos de ocho militares, uno de ellos con un perro, rodeando a un palestino del que luego se supo: estaba esposado y con grilletes. El preso, cuya identidad no se reveló, fue hospitalizado con heridas graves luego del ataque.
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En febrero de este año, la fiscalía militar, (el órgano bajo la dirección de Yifat Tomer-Yerushalmi hasta el viernes) acusó a cinco soldados por la agresión. La imputación indica que golpearon al detenido, tras su ingreso a la cárcel de Sde Teimanm en el desierto del Néguev el 5 de julio de 2024, le causaron múltiples fracturas y un desgarro rectal interno. Un tribunal militar impuso una orden de silencio sobre los nombres de los acusados para protegerlos. Uno solo enfrenta condena a siete meses de prisión, los demás ni siquiera enfrentan condiciones restrictivas.
La trampa para más ocupación
Israel comenzó a instalar muros de hormigón en varios puntos de la Franja de Gaza, para identificar la “línea amarilla” impuesta por el sionismo y que separa a civiles y asentamientos militares. 58% del enclave está ahora en manos de la ocupación, el y 42% restante es para los gazatíes confinados, echados a su suerte.

“Los tanques y las excavadoras avanzaron y levantaron estas barreras como si intentaran empujarnos y expulsarnos”, dijo Majd Amhaisen, un refugiado en el campamento de Jabalia, en el norte de la Franja. La línea, que antes era prácticamente imaginaria, atraviesa el campo. La ocupación ha violado el punto del acuerdo que establecía cierta distancia y se ha adentrado, con los muros, hasta en más de medio kilómetro.

“Estos bloques amarillos impiden que los vehículos que transportan alimentos nos lleguen. Bloquean la entrada de ayuda humanitaria y agua. Incluso los camiones cisterna que reparten agua tienen prohibido el paso por temor a que se acerquen”. Denuncia otro refugiado. Decenas de palestinos que han intentado acercarse a la división han sido asesinados. La orden es disparar a todo lo que intente aproximarse a la zona que el sionismo ha intentado vender como de amortiguación entre los habitantes y Fuerzas de Defensa de Israel, pero está plagada de militares.
Los ataques en la supuesta tregua no cesan
Hasta este lunes, Israel ha violado la tregua 194 veces, según funcionarios palestinos. Las FDI han hecho públicas nuevas imágenes de bombardeos en zonas civiles previamente arrasadas. Las mayores arremetidas siguen siendo en el sur, donde está la mayoría de los dos millones de refugiados, pero el centro y norte tampoco se salvan.
Cualquier excusa es esbozada para atacar supuestas posiciones del Movimiento de Resistencia Islámica Palestina, pero solo dejan civiles asesinados. Desde el inicio del cese el 10 de octubre y a conveniencia israelí, la artillería de guerra ha matado a 236 palestinos. Ni el ruido de los aviones ni de los drones ha cesado en Gaza.
El fin de semana que recién termina ha sido de los más cruentos. Más de 110 asesinados, según los sanitarios en el enclave. “¿Qué clase de tregua es esta? ¡Bombardean a gente inocente, a niños!”. Esos niños eran sobrinos de Mohammad Al-Attar. También murieron su hermana y su cuñado. Mohammad ahora se hará cargo de Kinan, de dos años, el único sobreviviente de uno de los tantos bombardeos en el norte. Las FDI argumentan cualquier arremetida como “ataques a elementos armados”, sin identificar.

Del otro lado, en la Cisjordania ocupada, el ejército de ocupación y colonos también han intensificado ataques. La confiscación de tierras fértiles y destrucción de viviendas han ido en aumento. Dos palestinos también fueron asesinados, uno en Nablus y otro Hebrón. Cuatro localidades fueron atacadas solo el domingo. La zona permanece militarizada.
Desde octubre de 2023, tanto colonos, como militares han asesinado a más de 1.070 palestinos y cerca de 10.300 han resultado heridos, según la Media Luna Roja Palestina y aunque, en una sentencia histórica emitida en julio pasado, la Corte Internacional de Justicia declaró ilegal expansión israelí en territorios palestinos y exigió la completa retirada de asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, la realidad no puede ser más opuesta. Israel ocupa el 60% de Cisjordania y prevé construir más asentamientos ilegales.

                                    