El Gobierno de Israel ha suscrito un contrato por 6 millones de dólares con la firma estadounidense Clock Tower X LLC para lanzar una campaña digital dirigida a la generación Z y a los sistemas de inteligencia artificial como ChatGPT, con el objetivo de “dar forma” a la conversación online sobre Israel.
Según los documentos presentados ante el Departamento de Justicia de EE.UU. (FARA), Clock Tower X tiene como misión producir contenido que apunte “a al menos 50 millones de impresiones mensuales” en plataformas como TikTok, Instagram, YouTube y podcasts, en los que al menos el 80 % estará adaptado al público joven.
Clock Tower X LLC se registró como agente extranjero bajo la Foreign Agents Registration Act (FARA) el 18 de septiembre de 2025. El registro indica contratos para servicios de comunicaciones estratégicas en nombre del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel.
la compañía está totalmente controlada por Bradley (Brad) Parscale (ex-director digital / campaña Trump), quien figura como propietario/operador.
Uno de los componentes más polémicos del contrato es lo que los analistas llaman una operación de “GEO” (Generative Engine Optimisation): la creación de sitios web y contenido digital diseñados para influir en cómo los grandes modelos de lenguaje —como ChatGPT— presentan temas relacionados con Israel.
¿En qué consiste el plan de Israel?
El contrato detalla que Clock Tower X implementará “Search and Language Operation” para mejorar la visibilidad y el posicionamiento de narrativas favorables a Israel en buscadores y redes –lo cual, según la cobertura, podría repercutir en cómo los asistentes de IA responden o priorizan determinados relatos.
La campaña se enmarca en un contexto de caída del apoyo de los jóvenes estadounidenses hacia Israel: por ejemplo, una encuesta apuntó que sólo el 9 % de los jóvenes de 18 a 34 años respaldaban acciones militares israelíes en Gaza.
Desde la oficina del primer ministro Benjamín Netanyahu se ha señalado que las redes sociales representan “el octavo frente” en la contienda mediática, y que se debe “combatir con influencers” y plataformas digitales en lugar de armas convencionales.
Los críticos consideran que esta operación tiene tintes de propaganda estatal sofisticada, ya que no se limita a medios tradicionales, sino que busca moldear algoritmos, plataformas de inteligencia artificial y percepciones de audiencias jóvenes a nivel internacional.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel declaró que sus actividades están centradas en “exhibiciones digitales y físicas que muestran las atrocidades del 7 de octubre” y negó que haya realizado campañas de geofencing o pago a influencers con fines de manipulación algorítmica.
Israel apuesta por una estrategia de comunicación digital a gran escala, planteada como respuesta a la creciente crítica internacional y el desgaste de su imagen, especialmente entre los jóvenes. El uso explícito de IA y plataformas de alto alcance abre un nuevo capítulo en la batalla por la narrativa global, donde los algoritmos y la visibilidad digital se convierten en armas clave.
