Israel intensificó ayer su campaña militar sobre Gaza, en vísperas de las conversaciones entre las partes para un alto el fuego, y mató a 118 palestinos, de los cuales 51 esperaban ayuda humanitaria, con lo que suman más de 300 los abatidos en sólo 48 horas.
El ejército de ocupación israelí cometió 26 matanzas contra civiles palestinos en la Franja de Gaza, ataques que dejaron un saldo de cientos de heridos y desaparecidos. Los sucesivos crímenes de Tel Aviv confirman la continua aplicación de su política de asesinatos deliberados, genocidio y limpieza étnica, informó la oficina de prensa del gobierno del enclave, que acusó a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de bombardear y matar a civiles hambrientos que buscaban comida.
Al menos 15 personas fueron asesinadas a causa de los embates aéreos contra tiendas de campaña instaladas en Muwasi, zona donde había desplazados; en una ofensiva aparte contra la escuela Mustafa Hafez de la ciudad de Gaza, que servía de refugio, se informó de 15 víctimas mortales, lo dio a conocer Mahmoud Basal, vocero de la defensa civil de Gaza.

Las FDI afirmaron en un comunicado que atacaron a un militante clave de Hamas que operaba en el plantel y dijo lamentar cualquier daño a individuos no involucrados, reportó The Guardian; de igual manera, anunció que su fuerza aérea atacó aproximadamente 150 objetivos terroristas en toda Gaza.
El movimiento de resistencia islámica advirtió a los habitantes de la Franja de Gaza no mantener contactos, trabajar ni dar apoyo a la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos e Israel, tras advertir que en sus centros de distribución de alimentos están en riesgo de muerte.
Cientos de palestinos huyeron de una sección del campo de refugiados de Tulkarem, en Cisjordania reocupada, luego de recibir avisos de demolición israelíes, y se unieron a decenas de miles de personas desplazadas por la ofensiva militar indefinida en la zona.
La nueva orden de demolición afecta a unas 104 construcciones, y al menos 400 familias que perdieron sus hogares, indicó Faisal Salama, un funcionario local del campamento; además, aseguró que un total de mil familias fueron desplazadas por recientes decretos de demolición. Tel Aviv no hizo comentarios sobre esta orden.
¿Parcialidad mediática a favor de Israel?
Mientras, 112 periodistas de la BBC firmaron una carta en la que denunciaron sesgos y racismo contra los palestinos en la cobertura del conflicto en el enclave costero de la televisión pública británica.
Muchos hemos percibido de primera mano que el medio está paralizado por el miedo a ser percibido como crítico con el gobierno israelí, sostuvo la epístola, que puso como ejemplo la decisión de la cadena de no transmitir el documental Gaza, médicos bajo ataque la semana pasada, porque, de acuerdo con un comunicado emitido por la BBC, se corría el riesgo de crear una percepción de parcialidad sobre las partes.
Las decisiones editoriales de la BBC parecen cada vez más desconectadas de la realidad. Nos hemos visto obligados a concluir que se están tomando decisiones para cumplir con una agenda política, en lugar de servir a las necesidades de la audiencia, expuso el documento que firmaron trabajadores que conservaron el anonimato; asimismo, un portavoz de la BBC que citó The Guardian dijo que la televisora está plenamente dedicada a cubrir la guerra de Gaza imparcialmente.