El presidente interino de Perú, José Jerí, abrió este domingo la posibilidad de autorizar el ingreso de las autoridades peruanas a la Embajada de México en Lima con el fin de detener a Betssy Chávez, ex primera ministra del país, actualmente asilada en la sede diplomática.
La declaración se produce dos días después de que la Justicia peruana ordenara prisión preventiva por cinco meses en su contra, en el marco de un proceso por presunta rebelión.
En una entrevista con el diario El Comercio, Jerí aseguró que aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre los pasos a seguir, pero dejó claro que no descarta ninguna medida. “Vamos a meditar y mucho. Toda acción debe pensarse conforme a las limitaciones que tenemos, conforme a los compromisos internacionales que tenemos”, afirmó.

El mandatario interino enfatizó que su administración evalúa todas las opciones disponibles dentro del marco legal y diplomático. En ese sentido, se describió como “una persona abierta a todo tipo de posibilidades y decisiones”, insistiendo en que no se impone restricciones previas respecto a lo que podría ocurrir. “No me limito y, si tiene que ingresarse a la embajada mexicana, se hará”, sostuvo.
Betssy Chávez, quien encabezó el Consejo de Ministros durante el último tramo del gobierno de Pedro Castillo, enfrenta un proceso judicial por el fallido intento del entonces presidente de disolver el Congreso en diciembre de 2022. La Fiscalía la investiga por presunta rebelión, señalándola como una de las figuras clave en los hechos que llevaron a la caída del gobierno castillista.
Tras conocerse la orden de prisión preventiva, Chávez se refugió en la Embajada de México en Lima, donde el Gobierno de ese país le concedió asilo. Perú reaccionó de inmediato y anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con México, alegando que la decisión constituía una injerencia directa en sus asuntos internos.
Los políticos de derecha como Jerí contra el derecho internacional

La posible incursión a una embajada extranjera representa un escenario altamente sensible, ya que las sedes diplomáticas son consideradas inviolables según la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. El propio Jerí reconoció que cualquier decisión debe ser evaluada con cautela. “Toda acción debe pensarse conforme a las limitaciones que tenemos”, reiteró.
El conflicto diplomático entre ambos países se profundiza en un momento político tenso para Perú, donde el gobierno interino encara críticas internas y un contexto de inestabilidad heredado de la crisis de 2022. La situación de Chávez se ha convertido en un nuevo punto de fricción que podría desencadenar repercusiones regionales.
Mientras tanto, México no ha emitido nuevas declaraciones sobre la posibilidad de un ingreso forzado a su misión diplomática. La comunidad internacional observa con atención un caso que combina tensiones internas, interpretaciones legales contradictorias sobre el asilo y un escenario diplomático frágil.
El futuro inmediato dependerá de la decisión que tome Jerí en los próximos días, mientras Chávez permanece dentro de la sede diplomática mexicana a la espera de que la situación se defina.

