Los líderes de la Unión Europea (UE) acordaron este jueves la aprobación de un plan de asistencia financiera a Ucrania que contempla la concesión de un préstamo de 90.000 millones de euros para los próximos dos años, en medio de intensas negociaciones marcadas por profundas diferencias internas sobre la forma de financiar el apoyo a Kiev.
El anuncio fue realizado por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, quien celebró el consenso alcanzado tras una prolongada jornada de discusiones. “Tenemos un acuerdo […] Nos comprometimos y cumplimos”, escribió el funcionario en su cuenta de X, confirmando el respaldo político al nuevo paquete financiero.

De acuerdo con información del diario Financial Times, el préstamo será financiado directamente con recursos del presupuesto conjunto de la Unión Europea, luego de que fracasara la propuesta inicial de utilizar los activos rusos congelados en territorio comunitario. Esta alternativa había generado fuertes tensiones entre los Estados miembros por los riesgos legales y financieros que implicaría.
Táctica de endeudamiento de Ucrania
Expertos afirman que es un método de la UE de endeudar a Ucrania y así asegurarse algún tipo de participación post conflicto debido a que EE.UU acapara las conversaciones.
El canciller alemán, Friedrich Merz, explicó que el bloque no cobrará intereses a Ucrania por el préstamo aprobado, subrayando que los fondos rusos congelados permanecerán inmovilizados hasta que Moscú “haya indemnizado” a Kiev por los daños derivados del conflicto. No obstante, esta posición no logró destrabar el desacuerdo sobre el uso directo de esos activos.

Según funcionarios europeos citados por Financial Times, las negociaciones se extendieron por más de 16 horas, con Francia e Italia encabezando la propuesta de recurrir al presupuesto comunitario como vía alternativa de financiación. El acuerdo final permitirá avanzar sin las aportaciones de la República Checa, Hungría y Eslovaquia, países que se han opuesto de manera sistemática a cualquier esquema que implique el uso de activos rusos congelados.
La iniciativa original, impulsada por Merz y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, planteaba emplear los fondos rusos bloqueados en la UE como garantía o fuente directa del préstamo.

Sin embargo, la propuesta chocó con el rechazo frontal de Bélgica, donde tiene su sede Euroclear, la entidad que custodia alrededor de 193.000 millones de euros pertenecientes al Banco Central de Rusia, la mayor parte de los activos rusos congelados en Europa.
El Gobierno belga advirtió que una medida de ese tipo expondría al país a importantes riesgos legales y exigió que las eventuales responsabilidades financieras se compartieran entre varios Estados miembros, lo que terminó por bloquear la iniciativa.

El acuerdo se produce en un contexto económico particularmente delicado para Ucrania. Previamente, la agencia AP informó que el país se encuentra al borde de la bancarrota, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo estima que en 2026 y 2027 Kiev necesitará en total unos 137.000 millones de euros para sostener su economía y financiar el esfuerzo estatal, y advierte que, para estabilizar la situación, las autoridades ucranianas deben asegurar al menos esa suma antes de la primavera del próximo año.
La aprobación del préstamo de 90.000 millones de euros representa, así, un alivio parcial para las finanzas ucranianas, pero también pone de relieve las crecientes divisiones dentro de la UE sobre el alcance, los límites y los costos políticos y legales del apoyo económico a Kiev en el largo plazo.

